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 domingo, 11 de marzo de 2007  
Accidentes
En la ruta, bien dormidos para evitar riesgos

En el año 2002, a través del Club del Sueño perteneciente a la Fundación Alfredo Thomson que funciona en el Hospital Francés y ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se hizo una encuesta en 1.034 personas y se encontró que más del 30% padecía somnolencia excesiva diurna. Sin embargo los pacientes no reconocían que dicho trastorno podía constituir un riesgo para su vida o para la de los otros

Como el cansancio no es un padecimiento doloroso y, a la vez, se recupera con horas de sueño, no suele ser tenido en cuenta. Y cada vez que incomoda una pesadez diurna por poco dormir hay una promesa futura de recuperar, en algún momento, las horas que se le quitaron al sueño. Sin embargo, las extensas horas laborales, las múltiples actividades y, además, los encuentros con amigos o familiares, siempre ocupan un escalón más importante que el descanso.

“En el mundo occidental existe un gran problema de sueño”, explica Margarita Blanco, jefa de la sección de Neurofisiología Clínica y Medicina del Sueño del Hospital Francés y directora médica del Club del Sueño de la Fundación Thomson.

“El cambio paulatino, a través del tiempo, hacia una sociedad globalizada obliga a estar a las personas las 24 horas alerta —explica—.Por eso, la franja de individuos entre los 20 y 35 años son los más implicados y tienen mayor número de accidentes de transito".




Sin control
Todo tiene que estar funcionando todo el tiempo: los servicios públicos, los entretenimientos, la incorporación de los gimnasios al mundo full time, los servicios de venta televisiva, la navegación por internet, el chat: “Hay un gran desorden y poca política de salud —dice la doctora—. Y si bien, últimamente, se han visto campañas de educación vial que informan sobre los perjuicios del mal dormir en el tránsito, esto es sólo buena voluntad porque no pasa de un cartel que puede ser visto o ignorado. No existe ningún control sobre los posibles problemas de sueño que puede tener una personas a la hora de manejar Y no existe ningún examen que indique si la persona toma medicamento que le provoque somnolencia o si tiene algún problema que le imposibilite la marcha del tránsito, como tampoco las autoridades controlan ni regulan los extensos horarios de los choferes de corta y larga distancia”.

En los últimos años se han incrementado las consultas por trastornos en el sueño: insomnio, ronquidos y apnea. “Hay un importante aumento en la cantidad de personas que reconocen que se duermen con facilidad durante el día. Pero también hay un incremento en el número de los que reconocen que alguna vez se han dormido o se duermen en la ciudad o en la ruta. No se tiene conciencia del riesgo que esto implica”.

“En tales casos, las notas periodísticas hacen referencia a que ciertos choques ocurridos a la madrugada no tienen explicación o bien no se entiende cómo el conductor realizó tal maniobra —parafrasea Blanco—. Son muy frecuentes los accidentes de tránsito en la ciudad o en rutas en horas de la madrugada. El problema es que no se quiere admitir o, todavía peor, no se le da importancia”.

Las estadísticas de accidentología muestran que el mayor número de siniestros ocurre en la madrugada y en la hora de la siesta. Precisamente en esos momentos en que, aun cuando una persona esté bien descansada, puede tener una caída momentánea de la atención. La circunstancia se agrava en quienes no han dormido bien.

En países del hemisferio norte se han hecho experiencias con grupos de sujetos alcoholizados y otros privados de sueño: se comprobó que el segundo grupo cometía más errores y estaba más expuesto a los accidentes de tránsito..

Dormir bien es propio de cada individuo. Algunos necesitan seis horas, otros ocho, pero inevitablemente todos necesitamos del sueño reparador dentro de las 24 horas.



Sandra Barreto
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