Para usuarios que no tienen cambio justo

Las máquinas que a bordo de los colectivos reciben monedas para que los pasajeros que no tienen tarjetas magnéticas puedan pagar su boleto en efectivo serán adecuadas para que se puedan abonar varios pasajes ocasionales a la vez. Así se evitará que los usuarios que no tienen cambio justo pierdan dinero en beneficio de las empresas.

La Municipalidad quedó obligada a instrumentar este beneficio en el sistema después que el Concejo aprobara el jueves un proyecto presentado por la concejala del justicialismo Victoria Ramírez, como paliativo a las deficiencias en la distribución y comercialización de las tarjetas prepagas, sobre todo en zonas alejadas del centro de la ciudad.

"La baja rentabilidad e importante inversión que representa para los comerciantes expender tarjetas magnéticas de transporte -dice la iniciativa-, representa un escollo insalvable para los usuarios, que se ven obligados a gastar más dinero para efectuar sus viajes".

"Las obsoletas máquinas canceladoras, que no entregan vuelto a los usuarios, -agrega- los obligan en ocasiones a desembolsar mayor cantidad de dinero por falta de cambio justo, dejando un remanente que luego se redistribuye entre los empresarios, a través de un fondo compensador".

"Sin embargo -relató Ramírez-, para nuestra sorpresa, y a pesar que el sistema se denomina de cambio justo y su valor actual es de 1,25 pesos, un matrimonio que se acercó hasta nuestra oficina fue sorprendido ingratamente en los últimos días cuando colocaron dos monedas de un peso y una de 50 centavos en la canceladora.

"La máquina seguía exigiéndole 75 centavos para emitir el segundo pasaje, puesto que había tomado esa cifra como remanente del primer boleto cancelado, y al no disponer de más monedas, casi fueron obligados a descender del coche, de no ser por otro pasajero caritativo que acudió en su ayuda".

Así, la concejala pidió que con una sencilla modificación del software "se adapten las máquinas canceladoras incrementando el tiempo de espera, para permitir que aquellos grupos de personas que juntan sus monedas puedan cancelar con comodidad más de un boleto ocasional, y no dilapiden su patrimonio en beneficio de terceros, permitiendo la cancelación de varios pasajes a la vez.