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 sábado, 24 de febrero de 2007  
Una experiencia puntana reeditada en distintos lugares
Universidad Trashumante, un proyecto de educación popular sobre ruedas
La propuesta se basa en talleres abiertos que recorren distintas provincias a bordo de un viejo colectivo

Matías Loja / La Capital

Caminar hacia los mejores humus, la mejor tierra, la mejor gente. Una caminata al encuentro de otra forma de construcción de conocimiento parece ser el objetivo que motiva el trabajo cotidiano de quienes integran el proyecto de la Universidad Trashumante. Una experiencia de educación popular que teje redes en distintas provincias del país.

Sus orígenes se enmarcan, en la iniciativa desarrollada a mediados de los 80 por el grupo de educación popular Sendas, del que participaron docentes de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de San Luis (Unsl). Espacio en donde se gestó la necesidad de comenzar a realizar talleres y actividades basados en el trabajo desde la pedagogía popular, recorriendo para ello distintos puntos del país.

Pero llegaría una etapa de mayor organicidad y crecimiento, y en 1998, y con el apoyo del Consejo Directivo de la facultad puntana, se gestó la idea de recorrer el país a bordo de un viejo colectivo acondicionado como casa rodante.

Así el Quirquincho, tal como habían bautizado al vehículo, comenzó a ser la marca registrada de la propuesta pedagógica y cultural de la Universidad Trashumante, que visitaba ciudades y pueblos, al encuentro de una forma distinta de construcción del conocimiento.

“Creo que de los objetivos planteados al inicio de esta experiencia, jamás imaginamos todo lo que ha sucedido desde entonces, al menos en cuanto al crecimiento de la organización”, expresa el sociólogo Roberto “Tato” Iglesias, uno de impulsores de esta iniciativa puntana, que a estas alturas ya es una experiencia nacional.

Es que a la primera marcha del Quirquincho, que comenzó el 11 de marzo de 1998 y recorrió cerca de 17 mil kilómetros ese año, se le suman los 13 mil kilómetros en el 2000, y otro tanto durante el viaje del colectivo entre 2005 y 2006. Para Iglesias “lo interesante es que está recorriendo el país, organizado por personas que en su mayoría las conocí en las primeras giras, quienes además planifican los recorridos y los talleres”.

Un ejemplo que según el sociólogo y referente de la experiencia Trashumante habla a las claras de “un proceso de formación intenso y la aplicación de principios claves, como horizontalidad y autonomía”.

El nombre Trashumante, significa “ir detrás de los mejores humus, tierras y personas”. “Es caminar, no aquietarse, ir al encuentro de las buenas personas, que tienen buena voluntad y quieren cambiar el mundo, sin otra intención que los propios ideales”, dice el sociólogo.

Pero la iniciativa Trashumante también interpela, según Iglesias, a la formación tradicional de la enseñanza superior. “El conocimiento es parte de la devaluación del conocimiento de todo el sistema educativo, por eso no es casual que ahora, para saber, haya que tener por lo menos un posgrado”, señala el docente de la Unsl. “Pero además, se ha comercializado y de alguna forma prostituido. No hay tiempo para saberes nuevos o profundización de los ya conocidos, y la carrera del puntaje individual es desenfrenada”, apunta el educador.

La propuesta consiste en talleres gratuitos, sin cupos ni certificados, en donde “parten desde la realidad, la vida misma, y en el análisis de estos contrastes es donde aprendemos a ver los problemas que nos aquejan, las causas y qué podemos hacer para transformarlos”, sintetiza Iglesias.

Entre los múltiples lugares en donde se desarrolla la experiencia en el país, se encuentra en Rosario el grupo Malabares, que congrega estudiantes, profesores y graduados de distintas disciplinas, y un músico de la ciudad.

Talleres abiertos e itinerantes en Firmat, Las Rosas, Bigand, Carcarañá y otras localidades son algunas de las actividades realizadas por la propuesta de educación popular local, algunas de ellas articuladas con otros grupos de la Red Trashumante, aunque también destacan el vínculo con otras organizaciones sociales. Propuestas que, desde el grupo rosarino proyectan continuar durante este año.

Pero en el sueño que abre la experiencia Trashumante, aún hay muchos planes por concretar. “Tenemos el proyecto de salir algún día con cinco Quirquinchos al mismo tiempo desde las partes más lejanas del país y llegar juntos a Córdoba para hacer un encuentro grande”, confiesa Iglesias. Otra de las propuestas con las que ya sueñan los gestores de esta experiencia colectiva de educación popular.
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El colectivo bautizado como "El Quirquincho", símbolo de esta propuesta pedagógica, durante su gira por la Patagonia del 2000.

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