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jueves,
01 de
febrero de
2007 |
La actividad económica de De Isla está bajo la lupa
Los investigadores del crimen del contador Luis Alberto de Isla, cuyo cuerpo fue descubierto el pasado viernes en su departamento de Mitre 1039, han apuntado sus miradas a las relaciones comerciales de la víctima para ver si de las mismas surge alguna pista que los lleve a esclarecer el hecho.
De Isla tenía 49 años y según las pericias forenses fue asesinado al menos una semana antes del hallazgo de su cadáver. El cuerpo estaba desnudo y presentaba diez puntazos en diferentes partes. Una de las pistas que siguen los pesquisas es que el asesinato fue el epílogo de una "fiesta sexual" en la que habrían participado al menos dos mujeres y que el fin último no habría sido el asesinato sino el robo.
Sin embargo, para los investigadores no pasa desapercibido que en el escenario del crimen no se encontraron indicios que lleven a pensar en tal fiesta. Es que no se hallaron botellas de bebidas alcohólicas, ni de comidas u otra cosa común a una partida de esa naturaleza. Y, en cuanto al robo, sólo faltaban del lugar la billetera y el celular de la víctima, que siguió prendido hasta algunos días después de la presunta fecha de la muerte, es decir el 18 de enero.
Así las cosas, y sin dejar de lado esa hipótesis, los pesquisas quieren determinar datos fehacientes sobre las actividades comerciales y económicas de de Isla ya sea a nivel personal como profesional. Por eso esperan ansiosos los informes que refieran a las tarjetas de crédito que poseía el contador, las cuentas bancarias con las que operaba y los clientes y socios que tenía. Tales datos podrían conocerse en las próximas horas más allá del extremo celo con el cual trabaja el juez de Instrucción número 11, Hernán Postma.
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