Crece el temor de derrumbe en las barrancas villenses

Algunas casas están literalmente suspendidas en el aire. Vecinos piden soluciones urgentes

Osvaldo Flores / La Capital

Villa Constitución. - Viviendas ubicadas en la cresta de las barrancas de una extensa zona ribereña de la ciudad se encuentran casi suspendidas en el aire, y algunas en peligro de derrumbarse tras las intensas lluvias. "A medida que pasa el tiempo, la situación en las barrancas se agrava más", aseguró el secretario de Obras Públicas, Carlos Rosell; en tanto un director del área dijo que "en cualquier momento puede ocurrir allí una desgracia".

La falta de desagües pluviales que evacue correctamente el agua de las intensas lluvias caídas en los últimos tiempos, principalmente entre Lisandro de la Torre y 14 de Febrero, agravó notablemente la situación y sumió a los vecinos afectados en una profunda preocupación que se acrecienta ante cada tormenta.

"El patio y el baño de mi casa ya están en el aire, porque el agua se comió todo el suelo. Tengo miedo que en otra lluvia como las de estos días se caiga todo y nos lleve a nosotros. Y si se cae lo hará sobre otras casas que están más abajo en la barranca. Hay que hacer algo y rápido", alertó una vecina entre una serie de testimonios que abundan sobre la situación.


Peligroso
Según un censo efectuado por la municipalidad en el año 2000 unas 120 viviendas cuyos propietarios accedieron a su titularidad mediante el Plan Nacional Arraigo corren riesgo de desmoronarse junto con las barrancas

En ese entonces, el Concejo dispuso formar una comisión que estudiara la situación y gestionara soluciones; pero nunca pudo ser integrada. Ahora, el edil Carlos Alegre tomó la posta y apunta a formar la comisión en forma urgente.

"Debemos actuar con rapidez y comenzar a gestionar ante la Nación planes de viviendas para erradicar a los vecinos más perjudicados", señaló Alegre, al tiempo que recordó que funcionarios del plan Habitat ya recorrieron la zona para imponerse de la situación. l

Las intensas lluvias recientes provocaron la erosión del suelo, un problema de vieja data que mantiene en vilo al vecindario.