Opinión: El fútbol para alquilar balcones

Capítulo II

Luis A. Yorlano

"Tampoco vamos a sacarles los jugadores a los clubes para que tiren centro en Ezeiza", palabras más palabras menos, fue la respuesta de Julio Grondona en el Sudamericano Sub 20, que se está realizando en Paraguay, con respecto a la idea de Basile de trabajar con los que juegan en el fútbol local.

En el envío anterior ya se apuntaba a este problema y que explotó antes de lo previsto. Mientras tanto, los equipos que en la segunda semana de febrero comenzarán en el torneo Clausura, están en Mar del Plata de pretemporada. Período de trabajo muy interesante de acuerdo a la teoría de los preparadores físicos. En la práctica y de la manera que se realiza deja todo tipo de dudas. Mientras los jugadores argentinos no puedan competir en dos torneros a la vez, como ocurre con los equipos europeos, no se podrá despegar de las dudas que dejan los responsables físicos.

En la primera fecha del torneo de verano, los mismos periodistas que con bombos y platillos anunciaban el debut del clásico Racing-Independiente, se encargaron de señalar que los jugadores estaban duros y que la cancha era un desastre. ¿Si esto iba a ser así, porque no dijeron antes que eran un "engaña pichanga" (concepto que se utiliza cuando se quiere disfrazar lo obvio)? Da toda la impresión que se estaba faltando a la verdad para defender el torneo, sin importarle que en el medio estuviera la gente. Para que esto salga bien, si quieren jugar en las vacaciones de los hinchas, los torneos locales deben jugarse de marzo a noviembre, licenciar a los jugadores en diciembre, comenzar la pretemporada en enero, y en febrero jugar donde quieran sin engañar a nadie. Recién ahí se podrá creer que estos trabajos darán resultado. Así se hace en Europa. Prueba de esto, todos los argentinos que participan en el extranjero tiene un mes de vacaciones en el país. Por eso pueden jugar dos torneos a la vez.

Pero usted no se mueva del balcón. ¿Qué me dice de la historia de Lavezzi? River no quiere poner un peso más y Passarella insiste, y por si no la emboca con el el pibe de Coronel Aguirre, apunta al goleador de Estudiantes de la Plata, Mariano Pavone ¿Si fuera hincha de San Lorenzo aceptaría la venta y que otro grande, con este jugador diferente, salga campeón? En esto tiene razón Gámez cuando dice yo no voy a vender mi jugadores a equipos locales para que después me den la vuelta olímpica con ellos.

Además, River le compró a su técnico todo lo que pidió, si no gana algo, ¿podría quedarse un minuto más en el cargo? Pero lo más grave es que tiene todos los jugadores que pertenecían a los rivales considerados duros. A Newell's le sacó a Belluschi, a Rosario Central a los cuatro mejores: Ferrari, Rubén, Villagra y Ojeda. A Colón al Colorado Lussenhoff y ahora si se hace lo de Lavezzi y Pavone deja a estos rivales sin sus dos piezas que más lastiman. Pero alguien tendría que decirle que mientras apuntaba a los experimentados, el pibe Higuaín le sacaba las papas del fuego.

Mientras tanto los equipos de la ciudad, con dos sabuesos de Ovacion, Aníbal Fucaraccio y Lucas Vitantonio, ya comenzaron su trabajo en Mar del Plata. Como Newell's y Central no tienen compromisos en ningún torneo, seguramente y es de esperar, que aprovecharán para realizar los trabajos adecuados para no tener problemas en el Clausura. Como se observa no hay importantes incorporaciones y deberán recurrir a lo que tienen y a los juveniles y para esto, la preparación física será vital. Y como corolario de la situación que viven Central y Newell's. Otra vez, como otros años, tendrán que apuntar en serio en sus divisiones inferiores. Para que estos vuelvan a ser los protagonistas y los creadores del recurso más genuino que tiene el fútbol del mundo, las transferencias.