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 domingo, 14 de enero de 2007  
Calentamiento oceánico produciría grandes incendios forestales

Buenos Aires.- El calentamiento de los océanos aumenta el riesgo de grandes incendios forestales y, debido a que el Atlántico y el Pacífico están en una fase cálida, se prevé un aumento de ese tipo de siniestros en está década, al margen del calentamiento global, según un estudio realizado por científicos argentinos.

La temperatura de la superficie del Océano Atlántico, que sigue ciclos de enfriamiento y calentamiento que duran décadas, tiene una relación directa con la generación espontánea de incendios forestales, a lo que se suma la influencia similar del Pacífico, por el fenómeno conocido como El Niño.

Esta situación es independiente del calentamiento global, pero los expertos no descartan que éste pueda provocar que la influencia de los oceanos sobre los continentes sea aún mayor.

El estudio, liderado por el científico Thomas Kitzberger, de la Universidad del Comahue, junto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad de Colorado, Estados Unidos, fue publicado en la revista Pnas, una de las más prestigiosas del mundo sobre ciencia.

El análisis de bosques del oeste norteamericano demostró que los incendios coinciden con períodos en los que las temperaturas de la superficie del mar aumentan en el Atlántico Norte.

Esto se debe a un fenómeno llamado oscilación Atlántica de Multi-Decadal, patrón cíclico que cambia las temperaturas de la superficie de esas aguas de fría a tibia, según ciclos de calentamiento y enfriamiento de una duración aproximada de 60 a 80 años.

Gracias al estudio de casi 34.000 marcas dejadas por el fuego en los anillos anuales de troncos de árboles de Estados Unidos, algunas con 500 años de antiguedad, se pudo determinar que la fase cálida del ciclo atlántico coincide con sequías e incendios espontáneos.

Se trata de un efecto similar al producido por El Niño, que cambia la temperatura de la superficie del Océano Pacífico de fría a tibia, fenómeno llamado Oscilación Sur del Pacífico ecuatorial, pero éste dura entre cinco y siete años, por lo que se trata de un ciclo de alta frecuencia.

Los ciclos del Atlántico duran décadas y se trata de un ciclo de onda larga, que cuando coincide con El Niño, como sucede en la actualidad, produce incendios de gran envergadura.

“Los océanos funcionan como radiadadores del mundo, redistribuyen energía y lluvia en el mundo. Las oscilaciones térmicas generan distintas señales climáticas sobre los continentes que se reflejan en sequias e incendios”, explicó Kitzberger.

“La novedad es que encontramos una señal a largo plazo del Océano Atlántico. Ahora vemos que los fuegos no sólo dependen del Pacífico. Ambos están bailando distintos ritmos y cuando los dos están en la misma fase se potencian”, agregó.

Aunque afirmó que “esto es independiente del calentamiento global”, aseguró que no se conoce “cómo el efecto invernadero puede llegar a interactuar con la varibilidad natural. Puede ser que la intensifique”.

En la década de 1990 comenzó una fase cálida Atlántica y actualmente está vigente el ciclo de El Niño, aunque uno no muy intenso, según explicó el experto.

Fuegos de gran magnitud en distintos puntos al mismo tiempo, sequías muy pronunciadas, huracanes, todo sería una expresión natural de los ciclos oceánicos en coincidencia, por lo que los investigadores predicen que en las próximas décadas va a ver una alta actividad de fuego en aumento.

“Si le sumamos el calentamiento antropogénico, causado por efectos humanos, el conocido efecto invernadero, no sabemos cómo se va a potenciar, pero es una señal de alerta”, advirtió el científico.

Kitzberger explicó que el estudio, al ser realizado en Norteamérica, demostró la existencia del fenomeno en esas latitudes, pero no descartó que se produjera a su vez en el hemisferio sur.

“En Argentina podría haber efectos similares. El hemisferio sur no está tan estudiado, pero parece ser igual. El estudio tiene importancia global. Si calentamos los océanos vamos a tener efectos sobre el ecosistema continental”, aseguró. (Télam)


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