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domingo,
14 de
enero de
2007 |
La tasa y Chávez generaron volatilidad
Los datos económicos conocidos esta semana en Estados Unidos no hacen más que preanunciar que se está lejos de una baja en la tasa de interés. Un déficit de balanza comercial que se mantiene en torno a los 58 mil millones de dólares por mes, una tasa de empleo en aumento, el desempleo en el 4,5% y los gastos del consumidor creciendo a un ritmo del 5,1% anual no hace más que mostrar a una economía robusta y que está teniendo un aterrizaje suave. Pero no se puede perder de vista lo que acontezca con los precios.
En la semana que se inicia se conocerán los datos de inflación minorista. Si bien el mercado está robusto, la fuerte caída en el precio del petróleo augura cierto alivio en el indicador de precios. El petróleo que en el 2005 llegó a cotizar en 77 dólares el barril hoy lo hace en 52 dólares gracias a un clima cálido en el hemisferio norte.
Tal vez este indicador atempere las presiones inflacionarias y por ende la posibilidad de nuevas subas en la tasa de corto plazo, cuando la Reserva Federal se reúna entre el 29 y 30 del mes de enero.
Por otro lado, la media sanción en la Cámara de Representantes de Estados Unidos de un aumento en el salario mínimo por hora que pasaría de 5,35 a 7,15 dólares, como el probable envío de más tropas a Irak (implica más déficit fiscal) podría despertar expectativas al alza en los precios. Esto haría mantener alerta a la Reserva Federal, que con este panorama de incertidumbre no descenderá los tipos de interés de corto plazo (que se ubica en el 5,25% anual) por un largo período.
De esta forma, el salario mínimo de un estadounidense se ubicaría en torno de los 1.258 dólares al mes, que es un equivalente a 3.900 pesos en Argentina, cifra seis veces más elevada que el salario mínimo doméstico.
Efecto Venezuela
Chávez, por su parte, estatizó las empresas de telecomunicaciones y energía. Muy pícaramente no habló en su discurso de resarcir a los tenedores de acciones por esta expropiación, lo que derrumbó los mercados.
Esto posibilitó que algunos inversores con información confidencial compraran y posteriormente se hiciera el anuncio del resarcimiento. Venezuela está llevando adelante un proceso de transformación económica que difiere notoriamente de lo que acontece en el resto de la región.
No tiene el peso relativo para contagiar al resto de los países que cuentan con políticas de mayor apertura y procapitalistas. La región esta inmunizada de Venezuela. Ni México, Brasil, Chile o Argentina copiarán las políticas de Chávez. Hoy, un mundo con excedente de liquidez son los mejores aliados para las grandes economías de la región.
En la Argentina pasaron cosas muy importantes y a tener en cuenta. La primera es que el gobierno está muy decidido a acopiar dólares y a empapelar el país con billetes o Letras y Notas del BCRA.
Esta semana colocó una Nota a tres años en pesos a tasa variable (denominada técnicamente Badlar, que representa la media de la tasa de plazo fijo por valor superior al millón de pesos) más un plus adicional del 2,25%. El monto que finalmente concedió al mercado fue superior a los 300 millones de pesos, con un rendimiento que se ubica en el 12,5% anual.
Claramente los bonos en pesos ajustados por inflación lucen más atractivos, por ejemplo el PRE8 a tres años de plazo tiene como rendimiento inflación más 1,5% de tasa de retorno. Para una inflación esperada del 11% anual para el 2007 y un adicional del 1,5% anual se podría decir que las tasas están arbitradas pero en la carrera de los próximos años parece que la inflación podría subir más que la tasa variable de mercado.
Objetivo 40 mil millones
Las reservas ya superan los 32.500 millones de dólares. El gobierno está apunto de cerrar un acuerdo con el Club de París para pagarle su acreencia a diez años de plazo y trabaja incesantemente para llegar a la meta de los 40 mil millones de dólares de reserva para antes de fin de año.
Otra medida controvertida en Argentina fue la suba de cuatro puntos porcentuales las retenciones a la soja, lo recaudado se utilizará para contener los precios de los productos de la canasta básica.
Esta medida implica reconocer veladamente que el control de precios no es efectivo para contener la inflación. A esto hay que sumarle la suba de tarifas de energía eléctrica y gas -que operará en breve- incrementará los costos de las empresas.
El escenario económico local es claro, el gobierno buscará alentar el crecimiento económico, pero administrará los precios de la economía como le venga en gana, tratando de imponer la tasa de rentabilidad al empresario. A futuro medidas de este tipo expulsan a la inversión e invitan a transar productos en el mercado paralelo e informal.
Distribución vs rentabilidad
En cuanto a los mercados se puede decir que el gobierno esta semana mostró su lado menos capitalista y más intervensionista, lo que a futuro le quitará rentabilidad a las empresas. En el mundo la innumerable batería de indicadores muestran que reina la incertidumbre, que la tasa de interés en Estados Unidos no bajará a corto plazo, que en Inglaterra subió del 5% al 5,25% anual y que habrá nuevas subas de tasas en Europa y Japón.
El corolario de todo esto será una suba en la tasa de retorno de los bonos de tesorería estadounidense, que podría ubicarse por encima de 4,8% anual. Esto pospondría toda probable suba de acciones y bonos en los mercados emergentes, donde se sigue esperando una toma de ganancias que posicione al Merval por debajo de los 2.000 puntos y un mercado de bonos más tranquilo con precios estables o levemente a la baja.
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Chávez estatizó las empresas de telecomunicaciones y energía.
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