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sábado,
13 de
enero de
2007 |
Degollaron a una joven en
un caso lleno de misterio
La encontraron en su casa de Vicente López, donde no había desorden ni vestigios de robo. Tenía 21 años y trabajaba con su padre comerciante. Investigan un móvil afectivo o laboral
Buenos Aires.— Una joven de 21 años, hija de un comerciante porteño, fue asesinada de varios cortes en el cuello en su casa de Vicente López. El caso era un enigma a desentrañar: no se detectaron signos de violencia en las aberturas ni desorden que evidenciara robo.
Los investigadores no descartaron no obstante que a la chica le hubieran robado dinero o algún bien aún no determinado, al tiempo que examinaban aspectos de su vida afectiva y laboral para saber si tenía alguna enemistad o problemas en su trabajo.
Vivienda de dos pisos. Solange Grabhemeimer trabajaba con su padre, dueño de un comercio de polarizados de vidrios del barrio porteño de Villa Crespo. El hallazgo de su cuerpo se produjo cerca de la medianoche del miércoles pasado, en una casa de dos pisos ubicada en Güemes 2280, en la localidad de Florida.
Solange residía desde hacía un año y medio en esa vivienda junto a una amiga, de nombre Lucila, quien fue la que al ingresar a la casa esa noche la encontró muerta. Según las fuentes, Lucila alertó sobre lo sucedido a la policía y al novio de Solange, Santiago, de 23 años, quien ese ese momento se encontraba trabajando.
En la habitación. Cuando los efectivos policiales de la comisaría de Florida arribaron al lugar del hecho se encontraron con Lucila, Santiago y el padre del joven, quienes les manifestaron que Solange estaba muerta en su dormitorio.
Los policías ingresaron a la habitación de la joven ubicada en la planta alta de la vivienda y la encontraron en el piso, boca abajo, al costado de la cama y vestida con ropas de dormir. Los médicos de la policía establecieron que la joven presentaba varias heridas producidas con un cuchillo, en la parte anterior del cuello. No había signos de violencia física ni sexual. De acuerdo a los primeros informes de los forenses, el crimen ocurrió unas 10 horas antes de ser encontrado el cadáver, entre la media mañana y el mediodía del miércoles.
La última en ver con vida a Solange fue su amiga, cuando se retiró de la vivienda a la mañana para ir al trabajo. Tras el hallazgo, los detectives inspeccionaron la casa y no detectaron que los accesos hayan sido violentados ni que hubiera desorden en las habitaciones, que evidenciara un robo.
No obstante no pudieron descartar que alguna puerta o ventana estuviera abierta y que por allí ingresara el homicida.
En principio, la policía no detectó faltantes de elementos de valor de la casa, aunque ignoran si guardaba dinero o algún objeto de valor.
Justo en una vivienda lindera con la casa de la víctima, había en los últimos días un grupo de obreros trabajando en una construcción, pero el miércoles pasado, debido a la lluvia, no fueron al lugar, por lo que no advirtieron ninguna situación sospechosa o extraña al momento del crimen.
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