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 miércoles, 29 de noviembre de 2006  
Mancini deberá apelar a su mejor muñeca

Alejandro Cachari / La Capital

El lunes a la noche Guillermo Vilas analizó en TyC Sports las chances del equipo argentino de Copa Davis y lo dio como favorito para la final. Lejos de intentar contradecir al gran Willy, debe marcarse que ese, llamativamente, no fue el momento más interesante de su alocución. En un momento de la charla con Gonzalo Bonadeo en TyC Noticias Ultima Edición, Vilas dijo que seguramente existen problemas en el grupo argentino, pero no se conocen públicamente. Quedó como una frase más y hasta podría achacársele al fundador del tenis en la Argentina cierta cuota de despecho en su consideración. Pero a la luz de los acontecimientos, el marplatense tenía razón. O algo de cierto había.

Ayer, Mancini y Nalbandian (ver aparte) discutieron casi una hora después de que el número uno de Argentina se comiera un peludo bárbaro con Chela del otro lado de la red.

Según trascendió, el foco de la discusión habría estado en la designación del segundo singlista. Nadie debería ponerse colorado si se sugiere que a Nalbandian, como buen líder, le encantaría armar el equipo como el quiere.

Este deporte individual e individualista por naturaleza, suele mostrar este tipo de situaciones que nadie conoce mejor que alguien del mismo palo. Por eso la tarea de Mancini es seguramente más complicada en el ámbito humano que en el deportivo. Hay más.

Sería una inocentada suponer que Guillermo Cañas no impuso condiciones a la hora de sumarse al equipo. Es improbable que el tenista de Tapiales no le haya pedido al capitán una oportunidad de estar entre los cuatro que enfrentarán a Rusia. Quizás esa haya sido la primera pulseada que debió ganar Mancini: convencerlo para que esté sin estar.

Obviamente, más allá de la camaradería de ocasión, Chela, Acasuso y Calleri, que se bancaron todo hasta aquí, no verían con buenos ojos la incorporación de Willy a los titulares. Desde allí también deben haber surgido presiones por triplicado para Luli.

La muñeca de Mancini también debe domar una estadística que va en contra de sus pensamientos. Para el capitán el segundo singlista es Acasuso. Es más, la victoria de Chucho sobre Lleyton Hewitt en Parque Roca terminó de moldearlo como jugador de Copa Davis.

La cuestión es el rival de Davydenko para el viernes. Acasuso (0-2) y Calleri (0-4) no le ganaron nunca. Chela lo derrotó las 5 veces que se enfrentaron. Claro que si esos números se desmenuzan, se constatará que Juan Ignacio le ganó tres de esos choques entre 2001 y 2002 y siempre sobre polvo de ladrillo. José no lo enfrenta desde hace más de un año y las dos veces que perdió fue en canchas lentas. La estadística verdaderamente preocupante es la de Agustín. Este año perdió con Nikolay tres veces (dos de ellas en canchas rápidas) en sets corridos.

En la carpeta el saque es muy importante, por eso Acasuso, estadísticas incluidas, debería ser el acompañante de Nalbandian en los singles.

Esos son los puntos sobre los que el capitán debe tallar la estrategia de la final. Si lo logra, podrá sentarse tranquilo a ver la final desde un lugar preferencial. Para entonces, gran parte de su trabajo estará hecho.
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