Estilo
Año CXXXVII Nº 49297
La Ciudad
Política
Economía
Opinión
La Región
Información Gral
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Educación
Estilo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 12/11
Mujer 12/11
Economía 12/11
Señales 12/11
Educación 11/11
Chicos pero grandes 11/11
Salud 08/11
Página Solidaria 08/11
Autos 26/10

contacto

servicios
Institucional


 sábado, 18 de noviembre de 2006  
Jardinería
Cómo restablecer la salud del césped

Los céspedes manifiestan habitualmente sus señales a través de la coloración. Cuando las plantas que lo componen están sometidas a estrés, pierden vigor, se tornan verde pálido-amarillento y la carpeta lentamente comienza a ralearse permitiendo que los espacios libres pasen a ser ocupados por malezas, y volviéndose muy susceptibles al ataque de plagas y enfermedades.

Una de las causas más frecuentes y menos considerada es la compactación del suelo. Este fenómeno es causado, entre otras razones, por el alto tránsito, la presencia de mezcla de tierras que contienen arcilla (tierra colorada) y la realización de prácticas inadecuadas.

La compactación se presenta en el suelo endureciéndolo con un aumento notable de densidad. Esto provoca la disminución del grosor de los capilares y del espacio poroso, reduciendo la tasa de infiltración de agua y movilización de oxígeno disponible para las raíces. Aunque no parezca, las raíces además de agua requieren oxígeno, respiran. Estos procesos pueden crear sectores de anegamiento temporario o permanente dentro del jardín, según la intensidad de la compactación.

Entre las partículas del suelo se constituyen en forma natural macro y microporos que variarán en porcentaje según la composición mineral y la presencia de materia orgánica (relación m.o./ arena, limo y arcilla). Un suelo compactado disminuye el diámetro de sus macroporos y lo primero que se afecta es la circulación y disponibilidad de aire y agua en el sistema, llegando a tasas tres a cuatro veces inferiores a las requeridas.

Una carpeta saludable necesita un medio con 50% de minerales, 25% de agua y 25% de aire, debiendo existir un número equilibrado de macro y microporos sostenidos por un tenor de materia orgánica aceptable (mayor a 2,5%).

El desencadenamiento de la compactación produce una resistencia importante al crecimiento de las raíces obligándolas a desarrollar en los primeros centímetros del suelo. Esto expone al sistema radicular a los efectos negativos de los extremos de temperatura y a una disponibilidad escasa de agua, dado que reciben con mayor intensidad las variaciones de temperatura y humedad. Si a esto le agregamos los efectos del thatch (capa de raíces y tallos muertos que se crean entre la base de las plantas del césped y el suelo), que incrementa la falta de oxigenación y carece de poder de retención de agua, los resultados empeoran.

La tendencia generalizada es recomendar fertilizantes para "mejorar el color", sin embargo, poco podrán hacer estos productos dado que las plantas del césped no tienen sus órganos en condiciones para captarlos y aprovecharlos. No confundir, la fertilización es un pilar clave para tener un césped de calidad, pero antes el suelo no debe tener impedimentos a la penetración de raíces.


Técnica de aireación
La técnica de aireación es la recomendada para atenuar estos inconvenientes y debería ser introducida como práctica de manejo para restablecer la salud del césped. Para grandes superficies existen máquinas aireadoras que pueden ser traccionadas por tractor o autopropulsadas. Contienen órganos de trabajo similares a sacabocados que penetran y extraen un tarugo de tierra, por lo que resulta conveniente trabajar en distintas direcciones y profundidades.

En otros casos se "pincha" el suelo cuando las púas son sólidas y semejantes a clavos de gran tamaño que producen orificios equidistantes. También se puede realizar el trabajo con herramientas de tipo manual en caso de no contar con maquinaria accesible, si bien es más engorroso, no deja de ser efectivo.

Una herramienta muy útil para este trabajo es el calador o barreno, un elemento cilíndrico de acero inoxidable que accionado manualmente se introduce en el suelo pudiendo retirar un tarugo de tierra de unos 15-20 cms de largo. Con esta herramienta se detectan los diferentes estratos y al introducirlo revelará mayor o menor dificultad de penetración (generalmente entre los 5-10 cms).

Una vez pasada la herramienta aireadora, el terreno queda completamente perforado. Puede o no ser necesario luego de esto un topdressing, que se puede realizar con arena y arena más tierra, agregando o no sustratos y/o fertilizantes.

Cuidado con el uso de cualquier arena, lo importante es analizar el suelo para ver qué relación de mezcla y tipo de granulometría se debe agregar, dado que en caso contrario puede inducirse un efecto inverso cuando las partículas de una arena inadecuada obstruyan los poros. El aporte de materia orgánica es vital para los suelos compactados.

Es imprescindible tener el suelo medianamente húmedo para realizar el trabajo, de esta manera las púas penetrarán sin dificultad. Asimismo, si la tierra está expandida por contener humedad, al contraerse por secado natural, se obtendrá más ingreso de aire. En la práctica, luego de 24-36 horas de una lluvia o riego programado, puede realizarse el trabajo. No existe una frecuencia predeterminada, hay que evaluarlo en función del comportamiento del césped.

Esta técnica es un engranaje más, por lo que debemos integrarla a las prácticas principales de cuidado y conservación, como corte, riego, fertilización, otras labores culturales, control de plagas, malezas y enfermedades.

Mayor información en

www.fusteryasociados.com.ar



Textos: Luis Fuster (ingeniero agrónomo); Gabriela Rinesi (diseñadora de espacios verdes); Marcelo Serra (paisajista)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados