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domingo,
29 de
octubre de
2006 |
Salta
Cafayate y Cachi: viaje al pasado calchaquí
El circuito turístico por los Valles Calchaquíes salteños, que comienza en la ciudad capital, se puede realizar por dos caminos, el que va a Cafayate y el que pasa por Cachi. En ambos recorridos se encuentran vestigios de las historias preincaica y colonial, casa de adobe, cultivos y secaderos de tabaco y los viñedos que trajeron al nuevo mundo los jesuitas.
En estos valles, igual que en la Puna, aún se descubren trozos de caminos empedrados que pertenecieron a la red vial que construyeron los Incas, y que los antropólogos descubrieron que llevan a altares rituales que están en lo alto de los cerros.
Al transitar por el Valle de Lerma, y antes de ingresar al Valle Calchaquí, se pasa por numerosos pueblos dedicados al cultivo del tabaco, entre ellos Chicoana -en quechua "una porción de cielo escondida"- donde es bueno detenerse y visitar la iglesia de San Pablo, construída en 1768, alberga valiosos cuadros de la escuela cuzqueña del siglo XVIII.
En Coronel Moldes está la estancia Santa Anita, que recibe muchos turistas extranjeros porque figura en las principales guías del mundo, y también "Puerta de Díaz", el primer museo del tabaco de la Argentina. En ese museo está la historia del tabaco en América, que se desprende de valiosos documentos que testimonian todo lo que ocurrió en el desarrollo de este cultivo en más de cinco mil años.
Desde Moldes, tomando por un camino lateral, se llega hasta el dique Cabra Corral, que formó un lago de 2.500 kilómetros cuadrados de superficie y es el más grande del noroeste del país.
En el lago se practican deportes náuticos y muy cerca hay un bungy jumping y una tirolesa, y los rápidos del río Juramento, donde se realizan bajadas en rafting durante todo el año. Por allí también se encuentran huellas de dinosaurios y fósiles de algas, y aleros con pinturas rupestres, cuyo origen se ubica entre los años 900 y 1470 de nuestra era.
Guachipas es otra localidad cercana, donde los baqueanos organizan cabalgatas y sorprenden con los gritos con que se anuncian cuando van llegando con los turistas a las casas de los pastores, en busca de un rato de sosiego y unos amargos.
Casitas de Talapampa
Retomando el camino a Cafayate se pasa por Talapampa, donde hay un nuevo complejo de cabañas -"Las casitas de Talapampa"-, a unos cinco kilómetros del comienzo del "camino de colores". En este complejo los viajeros pueden pasar la noche, disfrutar de una sabrosa comida o simplemente de un desayuno campero.
El "camino de colores" es realmente un espectáculo en sí mismo, con formaciones rocosas que asemejan el perfil de un fraile, el contorno de un castillo de torres altísimas y la silueta de un sapo. Pero lo que realmente asombra son las dunas de arena blanca que se encuentran al entrar a Cafayate.
Esta ciudad, famosa por la Serenata a Cafayate, un encuentro anual donde se le canta a este lugar que es el corazón de los valles calchaquíes salteños. También hay numerosas bodegas que ofrecen a los visitantes degustaciones de sus excelentes vinos.
A este sitio llegaron a fines del 1800 los hermanos de origen vasco-francés David y Salvador Michel, que en este ecosistema de la estepa subandina lograron frutos especiales. Presintieron que a esa altura -1.700 metros sobre el nivel del mar- las finas cepas que traían iban a madurar de la mejor manera bajo este sol. Una combinación que no los defraudó.
Cafayate es el vino torrontés, blanco, frutado y de intenso aroma, una variedad que hace tres siglos trajeron de España los jesuitas, y es también la variedad cabernet sauvignon. Lo que en aquellos tiempos nadie imaginó, fue que por allí pasaría la ruta del vino más alta del mundo, que comienza en la ciudad de Salta y finaliza en Cafayate.
El otro camino, desde la capital provincial, pasa por pueblos pequeños, entre ellos La Poma y Cachi, que tienen iglesias de adobe con majestuosos campanarios. También pasa por Secantlás, donde sus habitantes tejen prendas artesanales con lanas de oveja, llamas y vicuñas; y por Molinos, donde está la reserva de vicuñas Coquena y el sitio arqueológico Ruinas del Churcal.
Los valles calchaquíes salteños es un circuito redondo que asombra por sus colores, su gente, sus comidas, sus vinos de altura y sus bellos paisajes. Como dice el lema del año 2006, "Salta te marca".
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Fotos
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El circuito de los Valles Calchaquíes asombra a los visitantes por sus colores, su gente y sus bellos paisajes.
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