Mendoza: la cuna de los vinos

La variedad de paisajes que ofrece la provincia cuyana la hacen atractiva todo el año

La provincia de Mendoza se extiende en un vasto territorio de 148.827 kilómetros cuadrados situada en el centro-oeste de la Argentina y al borde de la Cordillera de los Andes, la más alta de América.

El clima es agradable, templado y con escasas lluvias, lo que se traduce en días soleados y noches frescas. Estas condiciones climáticas, sumadas a la altitud, suelos pedregosos y riego dirigido, son los componentes clave que llevaron a Mendoza a convertirse en la principal zona productora de la Argentina, con las mejores variedades de uvas finas del mundo, y una auténtica cultura del vino, absolutamente consustanciada en la identidad local.

La geografía generosa en montañas, nieves eternas, valles, ríos, termas, llanuras, desiertos y mágicos oasis, ofrecen posibilidades de disfrutar esta provincia los 365 días del año.

La belleza de la cordillera con los cerros más altos del mundo occidental, las reservas naturales con imponentes paisajes, diques y ríos de montaña, ofrecen diversas y apasionantes propuestas que abarcan desde deportes extremos, blancos y de aventura, hasta placenteros circuitos de turismo naturaleza.

Esta provincia cuyana cuenta con todos los servicios de las grandes ciudades del mundo, una amplia propuesta comercial, gastronómica y recreativa y una oferta de alojamiento en hoteles de una a cinco estrellas, apart hoteles, hosteles, cabañas y camping, que reúne el 45 por ciento de las más de 25.000 camas que existen en el territorio provincial.

La ciudad de Mendoza junto a otros destinos provinciales como Malargüe y San Rafael, ofrecen infraestructura y equipamiento específicos para ferias y congresos, que facilitan la organización de encuentros de capacitación. Estas facilidades posicionan a Mendoza como una de las cuatro sedes de ferias y congresos del país.

La provincia de Mendoza es la sede de mas de 1.200 bodegas que producen casi diez millones de hectolitros de vino al año, lo que la convierte en el centro vitivinícola más importante de Sudamérica.

Los caminos del vino, es un nombre de fantasía, que remite a la posibilidad de acceder de manera sencilla y atractiva al universo de sensaciones de los vinos. Recorriendo estos caminos, el turista se deleitará con el paisaje de cuidados viñedos al pie de la cordillera y se sorprenderá por los contrastes entre la industria vitivinícola que cuenta con tecnología de punta, y el productor artesanal (pequeñas cavas atendidas por los propios productores), una experiencia única para el viajero.

La oferta permite acercarse al conocimiento de los procesos de plantación, cosecha, elaboración y degustación de uvas frescas y vinos.

Este producto turístico incluye la incorporación de infraestructura de alojamiento y oferta gastronómica cerca de los viñedos.

Los viñedos mendocinos se transformaron en un verdadero atractivo turístico.