Córdoba: naturaleza y relax serrano

Traslasierra es una buena opción para descansar y disfrutar los diferentes paisajes que ofrecen los cerros

Matías Loja / La Capital

Naturaleza virgen, aventuras e historias se encuentran en cada rincón de la región cordobesa de Traslasierra, que entre el 27 de septiembre y el 1º de octubre celebró su VI Fiesta del Turismo, iniciativa organizada por la Asociación de Empresarios Turísticos del lugar.

Delimitada al oeste por la sierra de Pocho y al este por la cumbre de Achala y la sierra de Comechingones (en donde se halla el cerro Champaquí, con un pico de 2.994 metros sobre el nivel del mar), este territorio tiene entre sus municipios al de Cura Brochero y Mina Clavero, que son tal vez los más conocidos por los turistas.

Pero más hacia el sur, cada sitio de las localidades de Nono, San Javier, Yacanto, Luyaba y La Paz, por citar sólo algunas, despliega a su vez una magia que entremezcla el paisaje de las cumbres, los sabores de productos artesanales únicos y un clima que permite, hasta el más inquieto, poder tomarse un respiro para disfrutar de la belleza serrana.

Uno de esos puntos destacados es el que se ubica en el camino sinuoso de las Altas Cumbres, en donde se encuentra la Quebrada del Condorito, que el próximo 11 de noviembre cumplirá una década de su declaración como Parque Nacional, realidad que fue posible por iniciativa de la Fundación Cóndor.

Tras más de 30 años de trabajo ininterrumpido, Fabián Ramallo, responsable de la institución, comenta que gracias al esfuerzo en la generación de conciencia para evitar la desaparición de los cóndores, hoy la quebrada cuenta con más de 300 ejemplares que sobrevuelan por el filo de las cumbres cordobesas.

El senderismo es otra de las actividades que propone Traslasierra a sus visitantes, acción que permite apreciar la naturaleza de la zona, como los distintos arroyos, los bosques y la fauna del lugar, un recorrido pensado, por su dinámica, para grandes y chicos.

Los paseos en sulky y las cabalgatas, son otras de las posibles maneras de dejarse seducir por los distintos recovecos de esta parte del horizonte cordobés.

Pero Traslasierra es también una invitación permanente a degustar los sabores que casi artesanalmente elaboran los diferentes productores radicados allí, algunos residentes históricos, mientras que otros llegaron hace más de una década desde Buenos Aires, con la intención primordial de dejar atrás el estrés característico de la vida urbana.

Como Andrés Mazzacco, un contador que hace 10 años decidió junto a su esposa cambiar su oficina de Capital Federal por un microemprendimiento en Traslasierra de elaboración de distintos tipos de cervezas.

"Abierto todo el año hasta la puesta del sol", reza el cartel de bienvenida de "Las Violetas", la microcervecería artesanal de Andrés ubicada en el municipio de San Javier, casi al pie del Champaquí.

Desde el quebrado de los granos de malta hasta el embotellamiento final de la cerveza, todo se realiza en este establecimiento, en donde además se pueden degustar licores caseros, y exquisitas picadas para acompañar la bebida.

Aceite de oliva virgen, quesos de cabra y deliciosos dulces artesanales son otros de los productos que ofrecen los microemprendedores de Traslasierra, combinando sabores que permiten rescatar aromas autóctonos y la gastronomía tradicional del lugar, en alimentos de alta calidad. Al punto que muchos de los elementos que forman parte de la cultura productiva de la región, en materia alimenticia, abastecen a los principales restaurantes, tanto de la zona como de otras partes del país.

Entre estos sitios se pueden rescatar la finca El Corralito (entre las localidades de La Paz y Luyaba), en donde se fabrican 6 tipos de aceites de oliva, la repostería Amelie, de San Javier; y la granja caprina de producción de quesos y dulces de cabra La Tres Tejas, ubicada en Villa de Las Rosas, entre otros.

Por otro lado, las hierbas aromáticas y medicinales son otros de los rasgos distintivos de sus montes, flora que crece en los valles serranos junto con una amplia diversidad de árboles centenarios, como algarrobos, pinos y sauces, muestras elocuentes de los recursos naturales de la zona.


Huellas del pasado
Pero en el ida y vuelta con la historia de esta región, en donde se mezcla un pasado forjado por pueblos originarios, viejas estancias coloniales y, más recientemente, empresarios ferroviarios y hasta antiguos productores vitivinícolas, hoy concentrados en la zona cuyana, en el valle de Traslasierra se respira aire puro en cada comisura de su naturaleza virgen.

Por eso, no hay productor ni habitante de la región que no transmita a quienes los visitan un mensaje acerca de la necesidad de respetar el medio ambiente y la calma serrana. Una marca identitaria que explica porqué la Fiesta del Turismo de este año eligió como su producto turístico la Ruta de los Centenarios, que mediante la señalización de la flora de los bosques, sirvió como alerta para evitar que siga la tala indiscriminada de sus árboles añejos.

Cae la tarde en Nono, San Javier o La Paz, y el cielo toma un color rojizo que se funde con el majestuoso paisaje de las cumbres. Con la mirada puesta en esa auténtica postal del corazón serrano, y acompañado de un soplo de aire fresco, no hay quien pueda oponer resistencia a entregarse a la calma y al cálido ambiente que acaricia el rostro y la intimidad de quien visita Traslasierra.