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 domingo, 29 de octubre de 2006  
La aventura de hacer cima en el Cerro Tronador

Las próximas expediciones a la cumbre del Argentino, uno de los tres picos del Cerro Tronador, a 77 kilómetros de Bariloche, están previstas del 9 al 11 de diciembre y a mitad de febrero, ya que en enero hay muchos turistas por la región andina de la provincia de Río Negro.

El Tronador, cuyos otros dos picos son el Internacional y el Chileno, está dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, y mirar las tres cumbres desde el paraje Pampa Linda, al pie del cerro, es un bello espectáculo.

Las expediciones salen de este lugar, al que arriban desde Bariloche en vehículos especiales; allí comienza la caminata -según la velocidad de la marcha de tres o cuatro horas-, por un estrecho sendero que atraviesa bosques y lleva a La Almohadilla. Ese primer tramo permite dos cosas: conectarse con la naturaleza circundante y caminar livianos, sin cargas.

En La Almohadilla ya están los caballos que transportaron equipos y comida, y ese es el momento de llenar las mochilas y partir por un sendero rocoso hasta el Refugio Otto Meiling. En ese trayecto de una hora el atractivo principal son los enormes glaciares que caen desde la cumbre del Tronador.

Los guías de montaña que acompañan a los expedicionarios están habilitados por el Parque Nacional Nahuel Huapi y llevan asistentes calificados. Para las comunicaciones cuentan con un equipo VHF y para los ascensos con bastones, grampones, piquetas, cuerdas y arneses, además de un completo equipo de cocina para preparar viandas y comidas.

El Otto Meiling está a los 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar, y en la soledad y el silencio de la Patagonia emerge como lo que es: un refugio. Se trata de un sitio calefaccionado, con una amplia cocina comedor con muebles de madera y dos dormitorios que pueden albergar hasta 60 personas.


Calor en las alturas
Desde la calidez del refugio, el paisaje exterior parece adentrarse por los enormes ventanales. El nombre del refugio, que pertenece al Club Andino Bariloche, es un homenaje al principal precursor del andinismo argentino.

Es el albergue comercial de montaña más alto de la Patagonia, enclavado entre los glaciares Castaño Overo y Alerce, donde se inician las excursiones por los paisajes que lo rodean.

La primera salida del refugio es hasta el Filo de la Vieja, cruzando por el glaciar Castaño Overo y por una parte del glaciar Manso, en la que se considera una caminata glaciar de dificultad intermedia y en parte exigente.

El terreno enfrenta a los expedicionarios con subidas y bajadas empinadas y cortas, planicies y grietas, que desembocan todas en La Depresión, un sitio llano que está entre el Pico Argentino y el Pico Internacional. Entre estas dos cumbres se asciende hasta una profunda pendiente, lugar en el que aumentan las medidas de seguridad.

Según las condiciones del hielo se puede optar por colocar cuerdas fijas o por caminar en simultáneo, una técnica que permite a los escaladores desplazarse encordados. Y cuando sólo 40 metros separan a los expedicionarios de la cumbre, la única alternativa es escalar en hielo por una pendiente corta y segura de 55 grados, con asistencia de los guías.

Esta expedición demanda entre ocho y doce horas, según el ritmo de la marcha y el estado de los glaciares, y es necesario que los participantes tengan buen estado físico, aunque no requiere contar con experiencia previa.

El ascenso se realiza a las cuatro de la mañana y, luego de disfrutar de la cumbre -una sensación irrepetible-, comienza el descenso por el mismo camino, llegando a las cuatro de la tarde al refugio. Los montañistas dicen que esta expedición es más accesible que la que lleva hasta la cima del volcán Lanín.

Otra excursión que se inicia en el refugio Meiling es la caminata al Filo de la Motte -a 2.400 metros de altura- por una suave pendiente nevada que divide las cuencas de los glaciares, en una travesía de dos horas que es una alternativa del turismo de aventura para toda la familia.
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