memoria

Después del derrumbe

Dos libros compilados por Cecilia Macón proponen valiosas reflexiones sobre la transición de la dictadura a la democracia

Rubén Chababo

Fue Hannah Arendt quien acuñó el término derrumbe civilizatorio para calificar la situación vivida por Alemania durante los años del nazismo al tiempo que para graficar la grave y compleja tarea de reconstrucción que le esperaba a la sociedad que estaba emergiendo de entre las ruinas del Tercer Reich. Las comunidades latinoamericanas sobrevivientes de las experiencias autoritarias de la década del 70 y 80 no han debido enfrentarse a desafíos menores. También en esta orilla del mundo aconteció algo similar a un derrumbe civilizatorio con consecuencias que recién hoy -perspectiva temporal mediante- podemos comenzar a evaluar con una dosis menor de apasionamiento, acompañados en muchos casos por la mirada de una generación crítica que de a poco va emergiendo del espacio académico y cuyo rasgo central es no ser contemporánea a los hechos.

"Pensar la democracia, imaginar la transición (1976-2006)" y "Arte y ciudad en la post-dictadura argentina", dos libros que Ladosur acaba de dar a conocer en Buenos Aires tienen como finalidad pensar, reflexionar, analizar el arduo proceso de transición a la democracia que nuestro país comenzó a recorrer a partir de 1983 al tiempo que indagar en torno a las relaciones entre arte y ciudad en la post-dictadura.

Cada uno de los tomos se abre con un prólogo de insuperable agudeza crítica firmado por Cecilia Macón, textos que tienen la virtud de guiar en el amplísimo universo de miradas y cosmovisiones que reúne cada una de las entregas. Dos prólogos que saben cómo situar al lector en el corazón de estas problemáticas al tiempo que sugerirle herramientas teóricas para poder pensarlas.

"A 30 años del inicio de la última dictadura argentina, el disenso ya no sólo se muestra como inevitable, sino también como el corazón mismo de la transición. (...) La transición no es más que una tensión permanente entre continuidad y discontinuidad: entre el mantenimiento de ciertos principios necesarios para evaluar el pasado y la introducción de otros nuevos, encargados de legitimar algún tipo de refundación. Siempre sabiendo que lo peor puede volver a suceder", sostiene Macón en una de sus introducciones.

Y es justamente a esa poderosa tensión establecida entre el pasado y el presente, a esa compleja red de significaciones que se ha ido construyendo a partir de la recuperación de la democracia, a la que las páginas de este libro están dedicadas: ¿Cómo interpretar el pasado? ¿Qué valor asignarle a la memoria? ¿Cómo interpretar o leer el trauma social que supuso la existencia de un genocidio? ¿Cómo reparar material o simbólicamente a las víctimas sobrevivientes del exterminio? Y además, ¿De qué manera nuestras ciudades han quedado marcadas o señaladas por la barbarie? ¿Es posible una representación ética del horror? ¿De qué modo el campo estético ha abordado el tema de la última dictadura? ¿Cómo es que las diferentes generaciones leen e interpretan el pasado? Son estas sólo algunas de las preguntas que las páginas contenidas en estos dos volúmenes despliegan con sabiduría permitiendo al lector ingresar a un universo de interpretaciones sobre el llamado pasado reciente.

Con esta edición que inaugura la colección Transformaciones, el sello Ladosur pone en circulación una serie de debates que de otro modo hubiera quedado atrapada en el breve y restringido circuito áulico. Pensar la transición y los modos en que nuestra sociedad piensa su pasado traumático merece el espacio que estos dos tomos le dedican y sin lugar a dudas muchos más.

Ayer nomás. Jorge Videla y los festejos por el Campeonato Mundial Juvenil de fútbol de 1979.