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domingo,
29 de
octubre de
2006 |
Un Frente cargado de tormenta
Mauricio Maronna / La Capital
El calor húmedo de la ciudad de Santa Fe hacía más irrespirable el clima. Socialistas y radicales seguían con su diálogo de sordos, ninguna luz al final del túnel. El legislador del PS quiso cerrar la discusión demostrando quién debía ser el que manda y quién el que obedece. Mostró una encuesta: "Hermes Binner, 52%", se leía en el papel.
El dirigente ucerreísta que ha pasado por todos los cargos posibles en Rosario, Santa Fe y la Nación no perdió la compostura. "Si esa es la última palabra, te digo que veníamos trabajando para el triunfo de Binner pero, por lo visto, ahora trabajaremos para que pierda Santa Fe". Telón rápido.
La frase del referente de la UCR (anticipada ayer por La Capital) fue el último mojón de un camino empedrado por discusiones que se filtraron a la prensa como casi nunca en las eternas roscas que llevan adelante los partidos cuando de negociar cargos se trata. Alguien podrá decir que el inicio de las acciones le correspondió al ex intendente rosarino, quien sin doble discurso casi impuso que su acompañante en el binomio debería ser una mujer de la ciudad de Santa Fe.
A la ya conocida historia del varón del centro norte que tiene nombre y apellido (Carlos Fascendini) se le sumaron identidades para los primeros cargos en las listas a diputado nacional y legisladores provinciales por parte de la UCR, que está convencida de que sin el aporte territorial en los distritos ajenos a Rosario el socialismo verá naufragar otra vez el sueño eterno de sentar a Binner en el Sillón de Brigadier.
Rápidos de reflejos, los operadores socialistas decidieron mostrar a unos pocos privilegiados el sondeo de opinión que consulta sobre nombre y no por frentes o partidos.
"Usted sabe que yo no vendo carne podrida y, si no me cree, consulte con la Casa Rosada. Estos son los números", vocea a este diario un reconocido dirigente. El resultado es abrumadoramente favorable a Binner, aunque el peronismo está por debajo de su piso, lo que hace dudar de la verosimilitud del trabajo. "Tiene derecho a no creerme, pero esto no es de ningún encuestador trucho, ni siquiera de alguno que trabaja para nosotros y sabemos que después acomoda los números si es que aparece otro interesado en sus sondeos", completa el dirigente, a quien, por primera vez, se lo observa levemente demacrado y con el pelo revuelto, como si recién hubiera regresado de la tumultuosa reunión con los radicales.
El trabajo también arroja una ventaja de Binner sobre Carlos Reutemann, aunque merman las diferencias, y la provincia, en ese escenario, queda dividida casi en dos partes. "Si bien Hermes le gana al Lole, el triunfo se basa casi exclusivamente en los guarismos de Rosario. Admito que desde la ciudad de Santa Fe hacia el norte perdemos en todos lados", concluye la fuente.
Pero basta de encuestas, a las que hay que tomar con pinzas, máxime cuando queda casi un año para los comicios, y en un distrito en el que las mediciones a gobernador siempre dan ganadora a la oposición pero termina imponiéndose el justicialismo.
La extensa riña entre socialistas y opositores impide que Binner acepte sin más a Fascendini. Esto sería leído como un grave debilitamiento de quien es presentado nada ni nada menos "como el nuevo Reutemann de la provincia de Santa Fe", según se le ha escuchado decir al diputado provincial Antonio Bonfatti, a quien también se le adjudica haber prometido ingresar a la Casa Gris "con un ejército de abogados".
Curiosamente, el único que parece levantar el barrilete, aunque repitió más de diez veces que no se meterá en la interna peronista, es el gobernador Jorge Obeid. Inaugurando casi una obra por día, el mandatario provincial mejoró notablemente su imagen positiva entre los ciudadanos y trata de que al final del recorrido (cuando las urnas ya no estén guardadas) su gestión sea la piedra fundamental para el mantenimiento del invicto electoral.
Sus candidatos (o los candidatos del PJ) navegan por otras aguas. Rafael Bielsa entra y sale de la provincia, compartiendo la campaña con sus tareas de veedor en comicios internacionales y, en el seno de su espacio, hay quienes quieren primero depurar para después sumar, algo que pone los pelos de punta a históricos del partido que han bancado su desembarco.
Agustín Rossi (un inesperado correcaminos) sigue batiendo récords de kilometraje en su automóvil, desplazándose de sur a norte y de este a oeste para reunirse con intendentes, presidentes de agrupaciones de bomberos voluntarios y punteros políticos. El ex presidente del Concejo está molesto con el gobernador, a quien vincula directamente con Bielsa. "Obeid no debe inmiscuirse en la interna", bramó el jefe de la bancada de diputados oficialistas. Cree advertir que el peso de la burocracia estatal jugará todo su peso (o sus pesos) en beneficio del ex canciller, algo que, hasta ahora, no quedó evidenciado.
Omar Perotti es un enigma. Desde España admitió a La Capital que es el "menos conocido en Rosario", pero apuesta a que, paso a paso, logre niveles de instalación que le permitan superar el déficit. "A un año de las elecciones no puedo hacer zafarrancho de campaña. No sería bien visto por la sociedad", monitorea el intendente de Rafaela.
Mientras en la ciudad capital algunos ilustres vecinos que pasan sus atardeceres en los barcitos de los bulevares han tomado nota con preocupación de la ausencia de candidatos nacidos y criados en Santa Fe, Horacio Rosatti organiza algunas tertulias con dirigentes reutemistas y muestra encuestas. Pero no se despereza.
El ex ministro de Justicia de la Nación prefiere dedicarse a escribir un libro sobre la historia de Boca Juniors y matizar la hora de la siesta enviando mails a un programa de TyC Sports.
El culebrón de socialistas y radicales realza las acciones del ARI, partido que también parece carcomido por el virus del internismo. "Yo quiero apoyar por adentro al Frente progresista", admitió la diputada provincial Alicia Gutiérrez. "No estoy de acuerdo con eso. Tenemos que conservar nuestra identidad, más allá de que respaldemos la candidatura de Hermes", refutó el concejal Carlos Comi.
Rara, y no encendida, Elisa Carrió ahora dejó trascender que está dispuesta a apoyar a Binner, en franca contradicción con lo manifestado meses atrás: "Con este tipo no quiero saber más nada", le confesó a su interlocutor.
Si el radicalismo, de la mano de Felipe Michlig y Juan Carlos Millet, decide romper amarras con el PS, y el ARI no se integra a la coalición opositora, nubarrones de tormenta se posarán sobre el partido de Guillermo Estévez Boero.
Algunos referentes del radicalismo del interior de la provincia han pasado durante los últimos días por despachos del Senado nacional intentando decodificar cuál es el pensamiento de Carlos Reutemann, a quien estarían dispuestos a seguir si es que cambia de opinión respecto al 2007. Pero el Lole sigue con sus nones. "Y cuando digo no, es no", diría el cantautor asturiano Nacho Vegas.
"Yo veo movimientos raros de Cristina (por la primera dama). Solamente se levanta para ir a conversar con Reutemann, Roxana Latorre y (Miguel) Urquía (senador por Córdoba). Todo el resto de los legisladores del oficialismo tienen que ir hacia ella...", desconfía un miembro de la Cámara alta que no se pierde detalle de lo que sucede en el recinto.
En el juego de las restas, el justicialismo santafesino tendrá en el 2007 tres ausencias significativas: la ley de lemas y los apellidos Kirchner y Reutemann en las boletas.
Por ahora, esa debacle intenta ser compensada por el acelerador que Obeid decidió apretar a fondo. "Y lo mejor está por venir", se entusiasma el gobernador. Por lo pronto, según el pétreo ministro de Hacienda, Walter Agosto, Santa Fe será una de las pocas provincias que no termine el ejercicio 2006 con déficit fiscal.
En política, como en el teatro, toda obra pierde su dimensión si no se encuentra al actor indicado que, finalmente, seduzca al auditorio con su representación. Tampoco le sirve al gobernador tener a alguien que actúe como el acordeonista ciego de "Amarcord", que mientras tocaba su música no comprendía que la concurrencia se había alejado en busca de un mejor refugio.
Seducir a la sociedad será la gran tarea de quien al fin de la carrera interna se presente como postulante del justicialismo.
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