|
domingo,
29 de
octubre de
2006 |
Filántropos. Llegan hasta la Antártida
Orden, tolerancia, trabajo y culto al conocimiento
El grupo se enorgullece de tener entre sus miembros a muchos próceres, entre ellos a San Martín y Belgrano
La Argentina tiene hoy 130 logias, distribuidas en todo el país y 9.000 socios que adhieren a esta asociación civil sin fines de lucro y con espíritu filantrópico. Ser masón no es cosa fácil ni gratuita; hay que pagar una cuota mensual por un lado y acreditar conocimientos filosóficos y generales. Los aspirantes son minuciosamente analizados por los socios y de aceptarlo, su nombre ingresa a un cono de silencio. Nadie, excepto él, puede hacer pública su condición de integrante de la logia.
Aunque sus orígenes en la Argentina se remontan a la sociedad prerrevolucionaria de 1810, la Gran Logia en el país comenzó el 11 de diciembre de 1857.
Mucho antes, próceres de la talla de Cornelio Saavedra, Mariano Moreno, Juan José Paso, Manuel Belgrano y Juan José Castelli son identificados como los masones de la Primera Junta. Al igual que presidentes como Rivadavia, Urquiza, Mitre, Sarmiento y más acá Yrigoyen. No obstante, la figura más emblemática asociada al patriotismo, fue el general José de San Martín.
En Rosario, existe una de las logias más antiguas, fundada en 1860 y que aún funciona en Laprida 1027. Masonería remite a orden, con reglas, principios orientados al culto al conocimiento, pero basados en la tolerancia. Ciencia, Justicia y Trabajo son los tres pilares del "edificio social".
Muchos de sus integrantes, como el masón rosarino Isidro Aliau, contribuyeron a lograr tres elementos básicos de la masonería: la escuela laica, la ley de matrimonio civil y la ley de cementerios.
enviar nota por e-mail
|
|
|