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domingo,
01 de
octubre de
2006 |
Japón
Kioto, la ciudad de los mil templos
La histórica ciudad de Kioto (Heian Kyo significa "Capital de la Paz y la Tranquilidad") es una armónica combinación de tradiciones samurais con las más diversas tecnologías de punta. A orillas del torrentoso río Kamo, durante más de 1.000 años fue la capital de Japón y en ese tiempo se convirtió en el centro del arte, la cultura y la religión del país. Localizada a 513 kilómetros de Tokio y con una población de 1.430.000 habitantes, Kioto recibe a 40 millones de turistas todos los años.
El legado de la cultura japonesa permanece intacto en las tradiciones y las antiguas construcciones que se levantan en el particular trazado de la ciudad. La gran mayoría de las edificaciones de la preguerra que conserva Japón se encuentra en Kioto. Casas de madera bajas con techos de cerámica azul, calles angostas, pagodas, santuarios y jardines de paseo conforman un escenario acogedor.
La serenidad de la "Capital de la Paz y la Tranquilidad", provoca una comunión con el visitante que lo traslada a un espacio diferente donde la herencia de una cultura milenaria se hace presente a cada paso mientras se recorre la ciudad de Kioto. Este legado, donde no sólo se resalta su particular arquitectura sino también sus artesanías y paisajes, ha salvado a la ciudad de ser bombardeada durante la II Guerra Mundial y correr con el mismo destino de Hiroshima y Nagasaki.
El patrimonio cultural es impresionante. En el año 794, hace más de doce siglos, la capital de Japón fue trasladada al actual emplazamiento de Kioto. Durante más de un milenio permaneció como residencia del emperador y constituyó el centro del país, hasta que fue trasladada en 1868 a Tokio. La ciudad milenaria fue el pilar de la cultura, la religión y la política japonesas desde el período Heian, que duró cerca de 400 años, hasta los períodos Kamakura, Muromachi, Azuchi-Momoyama y Edo. Por lo tanto, puede decirse que la tradición ha perdurado a través del tiempo y que la historia de Japón es sinónimo de la historia de Kioto.
La antigua capital de Japón cuenta con más de mil templos y palacios, entre ellos hay 14 templos y monasterios en la lista de Lugares de Patrimonio Universal de la Unesco y más de 1.700 tesoros nacionales e importantes propiedades culturales registradas por el gobierno japonés.
En la actualidad, la ciudad cuenta también con las ventajas de la modernidad y continúa en desarrollo. Muchas construcciones abrevan en otros estilos arquitectónicos, como la estación de Kioto, una mole de concreto y cristal situada en el centro de la ciudad, una iniciativa que despertó polémicas con los pobladores más conservadores. Sin embargo, la herencia cultural de la ciudad, capital de la nación durante mil años, es un tesoro que permanece ahí, esperando a ser visitada.
La ciudad de los mil templos es un paraíso para los soñadores de las épocas imperiales, en donde los samurais eran dueños de los caminos y el honor no era sólo una palabra, sino algo por lo cual estaban dispuestos a dejar la vida.
En cada rincón de la ciudad hay marcas de este pasado dorado y sus construcciones son el reflejo más imponente del legado japonés. Entre las obras más importantes se encuentran en el centro de la ciudad el Palacio Imperial de Gosho y el Castillo de Nijo-jo que, se destaca por sus salas con decoradas mamparas y piso de madera en medio de bellos jardines.
El templo Pabellón Dorado o Kinkakuji, construido en el siglo XIV por el shogun Yoshimitsu Ashikaga, es una visita obligada. El brillo de sus láminas doradas, que recubren la construcción, se refleja en un lago artificial. En 1950, fue reconstruido luego que un monje enloquecido lo incendió.
Otro de los monumentos destacados es el Templo de Sanjusangen-do, la estructura de madera más larga del mundo. Su atracción principal es el pabellón que conserva la grandiosa imagen de una Kannon (diosa de la misericordia) con 1.000 brazos, rodeada en hileras por 1.001 estatuas labradas en madera reluciendo en una oscuridad escalofriante.
El Templo Kiyomizu (significa "Agua Clara") está completamente rodeado de cerezos y con un balcón de madera sostenido por 139 pilares a 15 metros de altura todos encastrados, se puede apreciar una buena panorámica de la ciudad. Es tal la altura del mirador sobre la falda de la montaña que los japoneses utilizan la expresión "como saltar desde la terraza de Kiyomizu" para referirse metafóricamente a cualquier acto que entrañe gran valor y coraje. Al pie de la estructura mana la fuente de agua clara y helada donde los monjes se purifican cada día del año.
El templo data del año 768 aunque los edificios actuales fueron construidos en 1633 en honor a Juichimen Kannon, y cuenta la leyenda que es aquí donde acudían las mujeres a solicitar de los dioses descendencia. Los diferentes edificios forman un complejo donde hay varios recintos sagrados fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y además es candidato a formar parte de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.
La mayoría de los templos fue construida por estos acaudalados y afortunados señores feudales, los shogunes, y fueron a parar a manos de los monjes budistas mediante donaciones, lo que no debería sorprender por que en aquellos tiempos, las fronteras entre la religión y el poder no siempre estuvieron tan claras. Los monumentos de Kyoto han sido destruidos y reconstruidos en numerosas ocasiones a lo largo de la historia y actualmente se encuentran entre los emblemas de la herencia cultural más grandes de Asia.
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Fotos
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La antigua capital de Japón cuenta con templos y palacios para todos los gustos.
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