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domingo,
01 de
octubre de
2006 |
Monteverde, titular del Instituto de Gestión de Ciudades, habla de Rosario
"Miremos al transporte con más ambición"
El especialista en políticas públicas llamó a analizar el servicio como herramienta de inclusión social
"El transporte de la ciudad no debe ser mirado sólo por el costo de la tarifa, sino en qué medida le sirve a la gente. Y una de las opciones para llegar a este objetivo es pensar en la municipalización". Con estas palabras, el titular del Instituto de Gestión de Ciudades (IGC), Roberto Monteverde, se refirió al talón de Aquiles de Rosario. El especialista organizó esta semana el seminario "Ciudad inclusiva, estrategias, gestión y buen gobierno", con la participación de 120 funcionarios de 54 localidades del país. Monteverde es especialista en planificación estratégica de ciudades, y se desempeñó como coordinador técnico y metodológico de los planes de desarrollo de Mar del Plata, Ushuaia y Tucumán. En diálogo con La Capital, analizó los pros y contras de una Rosario "en transformación y crecimiento", y llamó a aprovechar la coyuntura y pensar el servicio "con más ambición".
-¿Qué tiene para mostrar Rosario como ejemplo hacia el resto del país?
-Lo más visibles tienen que ver con la transformación física de la costa y permite cambiar la imagen, pero como símbolo de recuperación de espacios negados a la ciudad y con un criterio de apropiación pública de estos lugares. Si el modelo era Puerto Madero, acá se hizo una utilización pública de los espacios que pertenecen a la gente. En este sentido, hubo una continuidad a lo largo de las gestiones en los últimos 15 años. Otro elemento muy fuerte fue la descentralización, cambiar la forma de vinculación del gobierno con el vecino y modificar las política públicas. Son dos patas muy fuertes de la visión estratégica del modelo de gestión.
-¿Hay ahora una necesidad política de acudir a técnicos en desarrollo urbano?
-Todas las ciudades dejaron de hacer "alumbrado, barrido y limpieza". Por otro lado, se comprobó que en los mismos territorios, dos ciudades se desarrollaban de manera distinta. Porque existía capacidad de innovación de las organizaciones, capacidad instalada en educación, conceptos culturales, no es sólo que tenga un río o un ferrocarril. Estas variables son fruto de un trabajo y para llevarlo adelante hace falta un equipo de trabajo.
-¿Cuáles son las asignaturas pendientes de la ciudad?
-Más allá del Plan Hábitat, una gran asignatura son las casi 200 mil personas que viven en villas. Y hay temas a resolver, como el transporte, que es un talón de Aquiles. Al transporte hay que verlo como una política de inclusión y volver a plantear proyectos más ambiciosos. El modelo de Curitiba, con estaciones de transferencia, tecnología y financiamiento, quedó en la nada, porque se piensa al transporte atado a la recaudación. Pero hay otra concepción posible.
-¿Más subsidios para el transporte?
-Y no sólo para un boleto más barato, sino para cambiar la tecnología, podemos desalentar el uso de automóviles y hacer que la gente use el colectivo. Se podría profundizar el sistema mixto entre lo público y lo privado.
-¿Y municipalizar el servicio?
-Es una alternativa a analizar, porque el Estado pasa a invertir, pero no desde el subsidio al boleto, sino como política pública y como herramienta de inclusión social. De la misma forma que se invierten fondos en proyectos sociales, tal vez deberíamos pensarlo de este modo y cambiarle la mirada. Curitiba es tomada como referencia internacional en el cuidado del ambiente y el transporte donde en ambas el Estado jugó un papel fundamental.
-Pero una vez que la consultora tomó elementos de Curitiba y se intentó licitar con ese sistema, luego quedó en el intento.
-No cerró por coyuntura económica, pero habría que repensado, porque la coyuntura ha cambiado. El tema es dónde va la renta, si a los mismos sectores o parte de este rédito puede ser apropiado más socialmente. Con coyuntura favorable deberíamos ser más ambiciosos.
-¿Se agudizaron o se atenuaron las contradicciones en los últimos años?
-La gestión trabajó en un sentido de inclusión social, tratando que la brecha social se reduzca. Pero a la brecha profunda estructural la condicionan variables que exceden totalmente el ámbito del municipio.
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