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domingo,
01 de
octubre de
2006 |
Al borde. Los paros desnudaron la fragilidad del sistema sanitario de Rosario
Una salud pública que no halla cura y entra en crisis con facilidad
Municipio y provincia ponen unos 240 millones de pesos en una estructura que atiende 170 mil consultas al mes
Eugenia Langone / La Capital
El sistema de salud público volvió a mostrar esta semana sus puntos más débiles tras soportar las medidas de fuerza llevadas adelante tanto por los profesionales de la salud de la órbita municipal como por el personal no médico de los efectores provinciales. Así, la salud se vio paralizada completamente. Y aunque el reclamo de los trabajadores no es el único problema que atraviesa el servicio sanitario, las huelgas dejaron una vez más la sensación de que el sistema entra en crisis con demasiada facilidad. Ante ese panorama, La Capital intentó hacer una radiografía para no sólo dar cuenta de la estructura de la salud pública de la ciudad, sino también para dimensionar los inconvenientes humanos y técnicos cada vez que el sistema colapsa.
Durante la semana pasada las postales se repitieron: pacientes esperando interminables horas por una cirugía o deambulando por los hospitales y cientos de turnos perdidos. Pero la lista de afectados sería interminable sobre todo si se tiene en cuenta que casi el 41 por ciento de la población del Gran Rosario no posee cobertura social y no tiene otra alternativa que la salud pública.
"El sistema está en crisis y colapsa fácilmente porque siempre camina sobre el límite, funciona con la mínima cantidad de recursos", aseguró el sanitarista y ex subsecretario de Salud provincial, Sergio López Pérsico.
Pero las medidas de fuerza no son la única causa de esta debilidad; a ellas se suman también las eternas disputas que provincia y municipio tienen en el sector sanitario, y que se reeditan cíclicamente (ver aparte).
El especialista, que también es docente de la Universidad Nacional de Rosario y consultor de la Organización Panamericana de la Salud, recordó que "la Argentina tuvo un gran desarrollo en materia de salud, sobre todo en la década del 40, y Santa Fe fue pionera", pero advirtió: "Desde 1956 todo comenzó a deprimirse, eso se agravó durante la última dictadura y ahora el sistema está chocado por todos lados".
En Rosario conviven los servicios de salud de la provincia y de la Municipalidad. La estructura sanitaria de esta última tiene tres niveles y las consultas anuales superan ampliamente el millón. Es más, en el primer semestre de 2006 el municipio atendió un total de 659.214 consultas en hospitales, centros de atención primaria y en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar), que representan un promedio mensual de 109 mil consultas.
En el primer nivel están los 47 centros de salud de atención primaria; en el segundo estamento están los hospitales Roque Sáenz Peña, Intendente Gabriel Carrasco y Alberdi, junto al Instituto de Rehabilitación (Ilar) y el Cemar; y finalmente en materia de alta complejidad se cuenta con los hospitales de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) y de Niños Víctor J. Vilela, donde se encuentra la única unidad de trasplante de médula ósea que tiene Santa Fe. A estos efectores se suman la Maternidad Martin y el Laboratorio de Especialidades Médicas (Lem).
Todo el sistema funciona con 3.900 empleados, de los cuales 1.300 son profesionales de la salud, con un presupuesto anual de 140 millones de pesos y una inversión en obras que para este año tiene previsto llegar a los cinco millones de pesos.
Pero cuando esa estructura se paraliza, no son pocos los damnificados. Sólo en los hospitales se atienden mensualmente entre consultorios externos, guardias e internaciones más de 52 mil personas; una cifra que se repite entre las consultas externas y las urgencias en los centros de atención primaria. El problema se magnifica si hace una lectura histórica: en la década que va desde 1995 a 2005 las atenciones se incrementaron en más de un 45 por ciento.
El panorama es similar en la órbita que sostiene en Rosario el Ministerio de Salud provincial. En la ciudad hay bajo su tutela 33 centros de salud, que atienden un promedio de cuatro mil consultas diarias.
Estos efectores dependen a la vez de las áreas programáticas de los seis hospitales que la provincia tiene en Rosario y entre los que se cuentan el Centro Regional de Salud Mental Agudo Avila, el Hogar Geriátrico, el de Niños Zona Norte- donde se inauguraron hace poco dos quirófanos y 31 camas más para internación-, el Centenario, el Provincial y el Eva Perón en Granadero Baigorria. En total representan unas 800 camas disponibles.
Y aquí también las cifras son considerables. De acuerdo a los datos de la Subsecretaría de Planificación del Ministerio de Salud provincial, los principales hospitales de la ciudad -el Centenario, el Eva Perón y el Provincial- trabajan con un promedio de ocupación de sus camas que oscila entre el 83,60 por ciento a casi el 95 por ciento.
En esos mismos efectores, junto al Hospital de Niños Zona Norte, se reciben un promedio mensual de más de 61 mil atenciones, entre consultorios externos y guardia. La mayor cantidad, más de 20 mil, se dan en el Centenario; el segundo lugar, con un promedio mensual de más de 17 mil consultas, lo ocupa el Provincial; el Eva Perón ostenta el tercer puesto con un promedio de más de 14 mil consultas; y por último el Zona Norte suma unas 9.500 consultas mensuales. Todos ellos atienden un promedio de 522 partos cada 30 días.
Medicina general es la especialidad más demandada por los pacientes, ya que agrupa el 67 por ciento de las consultas realizadas. Le siguen las urgencias que suman un 10 por ciento, el área de odontología con un 5,39 por ciento y los servicios de ginecoobstetricia con un 2,92 por ciento.
Atención especializada Para sostener este sistema, el director del Area VIII de Salud, Miguel Rabbia, indicó que el año pasado el gobierno envió a Rosario 100 millones de pesos y que existe una planta de personal de unas cinco mil personas, entre profesionales de la salud y personal no médicos.
Además, según destacó el funcionario, la provincia brinda el 90 por ciento de los tratamientos de sustitución renal, como es la hemodiálisis. Esto representa en la ciudad unos 160 pacientes que se atienden en el Hospital Centenario, o bien son derivados a centros privados. Y en ese mismo efector funciona desde 2004 un servicio de neurocirugía que el año pasado ya realizó 120 intervenciones. Rabbia, en un aparte, dejó un dato sorprendente: del total de pacientes atendidos durante 2005 por el sistema de salud provincial el 15 por ciento tenía obra social.
Para López Pérsico, la principal fortaleza del sistema "es que sigue vivo pese a todas las crisis que atravesó y su principal fortaleza es que sobrevivió porque forma parte de la cotidianidad de la gente".
Y aunque no deja de hacer hincapié en que "el sistema todavía da respuestas, y muchas", el profesional asegura que "las complicaciones son enormes". En primer lugar, apuntó que "una de las dificultades del sistema es que no hay claridad sobre lo que significa la atención primaria de la salud. Para algunos no es más que prevención, y es mucho más que eso. Es como la parroquia de la salud".
Además, señaló que "la estructura funciona con la cantidad mínima indispensable de recursos y se desestabiliza fácilmente. Eso además genera dificultades en la planificación"; y agregó que "por eso muchas veces se hacen cosas o se agrandan servicios cuando no es la necesidad de la comunidad o cuando no es prioritario".
Fundamentalmente indicó que "lo más grave es que no se tienen en cuenta las condiciones en las que trabaja la gente, tanto los profesionales como el personal no médico", porque "los contratos basura, que comenzaron en la década del 70, destruyen la estructura hospitalaria y dejan al personal sin contención".
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