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domingo,
01 de
octubre de
2006 |
Propiedad privada y
ciudadanos comunes
En este país pareciera que la propiedad privada para un ciudadano común no existe. Y me refiero a ciudadano común por aquel que con su esfuerzo compra su vivienda, quiere asegurarse dentro de ella, pone rejas y alarmas para no ser invadido por los cientos de ladrones que pululan por nuestras calles y además paga sus impuestos. Pero resulta que esta vez la invasión viene por debajo de la misma tierra donde tiene asentada y plantada su propiedad. Los invasores son grandes empresas constructoras que sin pedir autorización y aduciendo ligeramente, al ser detectadas, que lo hacen para asegurar su obra y para seguridad de las propiedades vecinas, cuando en realidad lo que quieren es abaratar costos introduciendo tensores en nuestros terrenos sin importarles los múltiples daños que ocasionan en las viviendas linderas, como rajaduras en las paredes, humedades, ruptura de caños, levantamiento de pisos, etcétera. Pareciera que la empresa que está construyendo el edificio Tower Victoria, en avenida Wheelwright al 1400, se arroga la facultad de invadir lo ajeno sin permiso, una actitud despectiva que lo menos que amerita es una rápida intervención de la Municipalidad, en vez de la reprochable tolerancia de las autoridades y de los "permisos especiales" que otorgados por el Concejo avalan el incumplimiento del reglamento de edificación, dejándolos a los "ciudadanos comunes" en la indefensión, dañados moral y económicamente, tolerando de esta forma que destruyan la convivencia social. Bastaría con que una vez se les pusieran freno a los atropellos de estos "ciudadanos preferenciales" para terminar con la impunidad. O tal vez la Justicia sea quien tenga que dirimir la situación en este caso.
Nélida De Rico
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