Emprendedores. Las jornadas de Create movilizaron a los diseñadores

La industria de la creatividad se organiza

La participación del sector cultural crece en el PBI. Cómo convertir a la actividad en un cluster

Victoria Arrabal

Hoy finaliza en Rosario la primera Feria y Foro de industrias creativas del Mercosur "Create", una iniciativa de la Unesco para incentivar el desarrollo y la consolidación de estas industrias en la región.

Consideradas un sector económico de creciente participación en el producto bruto interno de los países, en el comercio internacional y en la generación de empleo, las industrias creativas abarcan tres grandes conglomerados de actividades: el diseño (industrial, moda, de interiores, arquitectura, paisajismo, urbanismo, patrimonio, artesanías), las industrias culturales (artes visuales, artes escénicas, música) y los medios (software, contenidos, cine y video, TV, radio, gráfica, diseño digital, diseño gráfico, publicidad y promociones).

Durante los diez días en que se desarrolló la feria, creativos, empresarios, proveedores, consumidores, académicos y estudiantes de las principales instituciones del diseño del país se congregaron en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC). Allí, diversos profesionales prestaron servicios de asesoramiento para la puesta en marcha y crecimiento de pequeñas y medianas empresas y se desarrollaron talleres de entrenamiento intensivo sobre madera, calzado, textiles y paisajismo.

El propósito de mejorar la competitividad de estos emprendimientos reside en que generan empleo joven, recuperan artesanías y oficios, crean propiedad intelectual, planean nuevos modelos de negocios y los exportan con el dominio de las nuevas tecnologías, nuevos materiales, la producción en serie corta, la asociatividad y la sustentabilidad ambiental.

Asimismo, especialistas del país, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay España y Dinamarca participaron de foros de discusión acerca del lugar que ocupan las industrias creativas en la nueva economía de la sociedad de la información.

De acuerdo a un informe de la Unesco, el mapa mundial muestra la existencia de un abismo entre el norte y el sur. Sólo tres países, Reino Unido, Estados Unidos y China, produjeron el 40% de los bienes culturales comercializados en el mundo en 2002.

En tanto, la producción total que suman América latina y Africa llegan al 4% de los bienes culturales comercializados en ese año. Dado que en Estados Unidos, Europa y Japón quedan casi el 90% de las ganancias de las industrias culturales, además de generar políticas de equidad, en el Foro realizado en Rosario se discutió sobre la fuerza de los bienes culturales regionales, nacionales y el potencial de aquellos hacedores locales.


Identidad latinoamericana
"Las industrias culturales en el mundo aportan alrededor de un 8% a sus productos brutos internos y a esto se suman los aportes no cuantitativos, ya que son el reflejo, la expresión del sistema de valores de una sociedad, su forma de estar en el mundo", expresó Joxean Fernández, director del sector Cultura y Patrimonio Mundial de la Unesco.

El funcionario considera que hay un diseño con identidad latinoamericana que le agrega valor porque en el mundo globalizado es capaz de diferenciar sus productos y por lo tanto negociar mejor con el resto de los actores.

En relación a las características argentinas, Fernández sostuvo que hay enorme creatividad y talento pero cierta dificultad para sistematizar proyectos culturales: "Falta reforzar la institucionalidad de las industrias culturales para saber cómo planifican sus actividades y cómo miden el resultado de las inversiones en pos de tomar decisiones de mejor calidad". Y en este sentido, la información cultural ocupa un lugar central para la planificación de políticas y su financiamiento. Un informe sobre los sistemas de información en cultura en el Mercosur realizado por la Unesco indica que existe una tensión entre aquellos agentes vinculados directamente al quehacer cultural, quienes suscriben a una visión de la cultura en tanto dominio de la creatividad, tendiendo a una resistencia al "encasillamiento" representado por los indicadores objetivos.


Arte e industria
La investigación sostiene que la creación artística es sólo una instancia del proceso y el uso de indicadores no necesariamente deberá afectarla, sino centrarse en aquello que hay antes de ella y lo que resulta después de su implementación. Es decir, inversiones e impacto, demandas y acceso, necesidades y usos.

En este sentido, el investigador del Observatorio de industrias culturales del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Gabriel Matheu expuso su experiencia en la medición de consumos y variables sobre las actividades culturales de esa ciudad: "La tentativa es hacer confluir los sectores privado, público, académico y creativo para ir procesando y seleccionando aquella información que sea útil para ellos, y particularmente para las pymes", indicó.

"Con esa información, el sector público puede aplicar políticas y el sector privado analizar posibilidades de negocios", agregó. Para dar un panorama de la situación en Chile, Paula Poblete, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de ese país, indicó que había necesidades de diagnóstico para determinar políticas a seguir y se descubrió que existía mucha información pero faltaba integrarla, sistematizarla y hacerla accesible para las gestiones públicas y privadas, la investigación y la población.

"Los datos son materias primas para el que toma decisiones pero con los datos aislados no podemos construir institucionalidad", expresó.

En tanto, Lía Calabré, de la Fundación Casa de Rui Barbosa de Brasil, explicó que en diciembre de año pasado se realizó la primera conferencia nacional de cultura, cuyo objetivo fue reunir propuestas para un Plan Nacional de Cultura.

La Feria y el Foro Create se realizó en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC).