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domingo,
24 de
septiembre de
2006 |
De vuelta. Calculan que la mitad de los jóvenes anoréxicos piensan en el suicidio
Una enfermedad que delata dramas
afectivos, sobre todo con los padres
El psicólogo Dal Lago explica que "a poco de hablar" con las chicas, en seguida surge un conflicto con un ser querido
"Es altísimamente frecuente que las chicas detesten su cuerpo y se vean gordas. Esto no significa que todas terminen con trastornos patológicos como la bulimia o la anorexia", explica el psicólogo Andrés Dal Lago. Los casos patológicos son difíciles de advertir y se generan a partir de un problema de relación con los padres, el novio o las amigas. En la mitad de los casos las chicas piensan en el suicidio.
"La anorexia o la bulimia son los síntomas de una mala relación vincular, problema frecuente en los adolescentes que comienzan a rebelarse con lo que recibieron, especialmente de sus padres. En esos momentos sufren niveles muy altos de angustia y de rabia y eso contribuye a que se desate la anorexia", señala Dal Lago, director del Programa Sitta (Sistema Integral de Tratamiento del Trastorno Alimentario) en Rosario.
Durante esta etapa, los aspectos emocionales tales como la angustia, la bronca y los miedos se transfieren inmediatamente al cuerpo. "De allí que sea muy común que las chicas se sientan feas y gordas. Hay que prestar atención cuando esta situación se vuelve crónica, porque puede caer en una patología", advierte el psicólogo. "Las chicas siempre empiezan diciendo que se sienten gordas, aunque pesen 35 kilos, pero al poco de hablar sale a flote un conflicto con algún ser querido", revela.
Cuando la relación no mejora, empiezan a tener otros recursos, como quemarse o cortarse, como le sucedió a la autora de Abzurdah, que se golpeaba contra la pared y se cortaba con un cuchillo. Entonces el suicidio se convierte en una alternativa al alcance de la mano. Dal Lago confirma que "casi el 50 por ciento de las chicas con estos trastornos tuvieron algún intento de suicidio o por lo menos la idea de quitarse la vida". En todos los casos "se nota un deseo intenso de evasión", señala, y "para evitar la angustia llegan a pensar en decisiones drásticas".
Las chicas que sufren esta patología tienen una personalidad especial, como claramente se ve en las páginas escritas por Latini. Son sensibles especialmente al abandono y al rechazo. "¿Por qué todos me abandonan?", llega a leerse en "Abzurdah". Generalmente se sintieron descuidadas y desatendidas y tienen baja autoestima.
Además, son personas muy perfeccionistas, buscan estar lindas y ser exitosas o sacarse 10, porque añoran la aceptación que no logran en su círculo más íntimo. "Yo quería ser perfecta", confiesa Cielo, a modo de confirmación.
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