Año CXXXVII Nº 49241
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Policiales
Escenario
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 17/09
Mujer 17/09
Economía 17/09
Señales 17/09
Educación 16/09
Estilo 16/09
Salud 13/09
Página Solidaria 13/09
Palabras más 02/09
Autos 24/08

contacto

servicios
Institucional


 sábado, 23 de septiembre de 2006  
Fue un trámite para David

La mayor tensión estaba puesta en el partido de Acasuso con Hewitt, el segundo del día, pero para llegar con alma a ese momento, David Nalbandian debía dar el primer paso. Tal cual, su actuación sirvió para decirle a Chucho "entrá y jugá tranquilo". Sin mostrar todo su potencial, el cordobés se las arregló para cerrar el primer punto de la serie con un contundente 6/4, 6/3 y 6/3, en una hora y 58 minutos de juego.

Eran pocas las chances de que David pudiera flaquear ante Philippoussis, pero el partido había que jugarlo. Igual los reparos duraron apenas un par de minutos. Hasta que el unquillense logró su primer quiebre, en el séptimo game. Antes de eso, el australiano sólo mantenía viva la esperanza mientras conservaba la efectividad de su primer servicio, pero cuando estuvo en desventaja debió arriesgar un poco más y eso lo obnubiló.

Nalbandian fue sólido. No brilló, es cierto, pero jugó cada punto con un alto grado de concentración. Elemento más que suficiente como para sellar el primer parcial en 6/4.

Fue todo más sencillo en el segundo. Porque David comenzó en el tercer game a marcar diferencias. El set ya estaba encaminado, pero si la cosa se podía cerrar antes de tiempo, mejor. Así quedó demostrado en el noveno game, con un nuevo quiebre y el cierre de ese parcial.

De a poquito el Parque Roca iba pariendo un clima que hasta ese momento no había aparecido. Para eso también contribuyeron un par de hechos que ayudaron a caldear los ánimos. Primero, un pelotazo que Philippoussis metió, en el segundo game, sobre el cuerpo de David (le hizo notar su descontento) y segundo, el quiebre que el potente sacador australiano selló en el game posterior. Pero el tiro le salió por la culata. Fue como mojarle la oreja a Nalbandian. ¿Por qué? Porque desde ese momento David mostró una capacidad de reacción propia de un jugador de su categoría y no sólo recuperó el quiebre, sino que metió otro inmediatamente.

Partido liquidado. Con el 5/2 a favor del cordobés, Philippoussis pareció tirar la toalla. Su resto le alcanzó para retener una vez más su saque, pero no más que eso. Y cuando las pelotas cayeron en manos de David se terminó la historia. Brazos en alto, festejo con la gente. El primer punto para la Argentina era cosa juzgada.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Nlabandian abrió la serie con una victoria.

Notas Relacionadas
La lluvia paró la fiesta




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados