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 sábado, 23 de septiembre de 2006  
Las noches del brillo, el ritmo y el color

La lluvia amenazó con arruinar una vez más la Estudiantina. Pero el cielo se fue abriendo lentamente y a media tarde estaba todo preparado. Faltaba que sonara el primer silbato y que la Técnica Nº 1 Unesco hiciera sonar sus primeros acordes justo cuando el tibio sol hacía sus últimas muecas sobre el horizonte. Entonces, la gran fiesta de los estudiantes posadeños, única en el país, estaba en marcha. Y sus diez mil participantes estaban dispuestos a dejar todo.

Los 225 integrantes de la banda de música y los 52 del cuerpo de baile de la Industrial -una histórica de la Estudiantina- comenzaron a circular a todo ritmo por la avenida costanera Monseñor Jorge Kemerer. Allí, en los palcos y sobre la vereda, la gente se iba agolpando despacio. Fue una primera noche sin puntuación para las escuelas participantes. Por eso no hubo tanta presión para los chicos pero sí el habitual entusiasmo y esa demostración de pertenencia a un movimiento que desde hace 56 años ha cobrado una fuerza inusitada.

Unas 25 mil personas asistieron a esa primera jornada. Y así con el correr de las horas, los colegios fueron desfilando frente a los tres palcos haciendo sentir la fuerza de sus "chanchas" (tambores de combustible a los que se les quita la tapa metálica y se colocan parches para hacerlos sonar) y ejecutando cada paso de baile con una precisión admirable. Los colores de los trajes se entremezclaban produciendo una extraña y cautivante sensación de caleidoscopio.

No sólo se destaca la organización de los pasos de baile y el celo de los directores para que cada movimiento se ejecute de acuerdo a lo pautado. Se admira cada traje -algunos cuyos costos superan los 1.500 pesos-, cada bordado y cada detalle. Todo hecho por ellos mismos y la ayuda de sus familiares. Nada puede soslayarse porque equivaldría a perder puntos.

Es que todo pasa por la evaluación de unos 80 jurados que califican, por ejemplo, la estética, el diseño, el mensaje y la adaptación creativa en el rubro carroza artística. O la creación coreográfica, la coordinación, el grado de complejidad de los pasos, motivación o gracia y adaptación del vestuario al tema elegido en el rubro cuerpo de baile.

Esa primera jornada fue una prueba de ensayo. El sábado era la primera gran prueba de fuego. Ahora empezaban a correr los puntos. Por eso no había que descuidar detalle alguno. Cualquier mínimo error podía significar un acta y el descuento de puntos.

La que arrancó esta vez fue la Normal Mixta EEUU del Brasil, con sus 269 integrantes entre banda de música y cuerpo de baile, y que el viernes lo había hecho en último lugar. El carnaval de la Estudiantina comenzaba así su segunda de cinco noches donde los chicos de Posadas harían gala de su entrega y su sentido de pertenencia.

Esta vez fueron unas 45 mil personas las que se acercaron a la Costanera para ver el espectáculo, mientras las hinchadas de cada colegio se movilizaban en masa al paso de cada uno de ellos.

Hay colegios que por tradición, historia y cantidad de participantes han marcado alguna línea en la Estudiantina. Valen como ejemplos la Industrial, con 277 integrantes, quien con el lema "La Invasión linyera" presentó una original propuesta; el Colegio Martín de Moussy, con el lema "Renacer SOS Esperanza" y 337 integrantes fue un festival de colores y pasos elaborados; la Normal Mixta EEUU del Brasil salió al ruedo bajo el tema "El brillo entre la luz y la oscuridad" y 269 miembros. Cada colegio aportó lo suyo, algunos con sus carrozas alegóricas, como la Comercio 18 con el lema "Misiones, selva, fuego y vida", una prueba de pertenencia a una región y un elaborado trabajo de confección puesto en cada detalle.

Así, la gran fiesta de los estudiantes de Posadas fue transitando su segunda noche en medio del brillo de las lentejuelas y de espaldares despampanantes, de bellas adolescentes y de chicos que no les aflojaron a los instrumentos para hacer de esa una jornada mágica.

Este fin de semana serán la tercera y cuarta jornadas de la Estudiantina, mientras que la semana que viene será el cierre con las scolas de samba -en el anfiteatro Manuel A. Ramírez- y marcará la clausura de una fiesta que vive en el corazón de los jóvenes de Posadas y que quiere desparramarse a todo el país.
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