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 sábado, 02 de septiembre de 2006  
La nueva coyuntura en Cuba quitaría sustento al embargo
Interrogantes sobre el rumbo político y económico que impulsará Raúl Castro, sucesor de Fidel al mando

Vanessa Arrington

La Habana. - A simple vista, reina la normalidad en Cuba un mes después de que Fidel Castro cedió el poder por primera vez en 47 años. Pero entre bastidores, parece estar surgiendo una nueva dirección compartida, capaz de impulsar reformas, que podría provocar un cambio en la política estadounidense hacia la isla.

Raúl Castro, presidente interino mientras su hermano Fidel se recupera de una operación intestinal, está ejerciendo un poder efectivo y también parece crecer la figura de Carlos Lage, otro miembro de la dirección colectiva, que aparece con frecuencia en la prensa estatal. En el pasado, ambos se han mostrado un poco más proclives que Castro a ensayar reformas económicas.

Raúl, quien tiene 75 años, cinco menos que Fidel, causó cierta conmoción recientemente al decir que apoya una normalización de relaciones con EEUU, aunque solo si los estadounidenses desisten en sus esfuerzos por influir en los asuntos de Cuba. El mandatario interino cubano parece tener firme el control de la situación y uno de los grandes interrogantes que surgen ahora es si EEUU modificará su vieja política de derrocar al gobierno. "Si Raúl Castro opta por hacer algunos cambios profundos en Cuba, eso le quitaría sustento a la actual política estadounidense", opinó Mark Falcoff, profesor honorífico de la fundación de Washington American Enterprise Institute. Las leyes actuales estipulan que no se puede alterar el embargo que impuso EEUU a Cuba hace años mientras alguno de los Castro siga en el poder.

Si bien en Cuba aumentan las presiones para que se tomen medidas que alivien las penurias económicas de la población, la impresión generalizada es que muchos cubanos están dispuestos a darle a Raúl Castro una oportunidad de mejorar las cosas. Incluso algunos disidentes, como Oscar Espinosa Chepe y Martha Beatriz Roque, dicen que Raúl Castro podría prestar más atención a las generaciones más jóvenes y dar mayor cabida a la iniciativa privada. Agregan que cualquier apertura, por modesta que sea, seguramente conllevaría mayores libertades políticas.

Raúl Castro expresó interés en la versión china de socialismo con libre empresa durante una visita que hizo a China en 1997 para estudiar su economía. Y fue Raúl quien anunció en 1994 que Cuba había aprobado el funcionamiento de mercados de productos agrícolas privados, en los que los cultivadores podían vender sus productos al precio que dictase el mercado.

Lage impulsó otras reformas limitadas en esa época para ayudar a Cuba a salir de la crisis económica en que se vio sumergida tras la desaparición de la Unión Soviética. Esas reformas abrieron las puertas al uso del dólar en las transacciones comerciales y a la inversión extranjera. También dieron lugar a la formación de cooperativas agrícolas y a la legalización de cientos de pequeñas empresas.

Posteriormente, sin embargo, Fidel Castro anuló muchas de esas reformas. Ese retroceso no cayó bien, pero es poco previsible que los cubanos se rebelen en busca de reformas profundas rápidas. En el país reina la calma desde que Fidel le entregó el poder a Raúl a título provisional el 31 de julio.

No se cumplieron los pronósticos según los cuales habría una explosión social y el régimen se derrumbaría si Fidel dejaba el poder, y las autoridades estadounidenses moderaron su retórica.

Si bien nadie espera que Washington se entusiasme con el nuevo gobierno cubano, algunos observadores dicen que los estadounidenses estarían más dispuestos a hablar con Raúl Castro que con su hermano. "Fidel Castro es considerado por muchos funcionarios estadounidenses como una figura indómita que los desafió y ridiculizó por años. Raúl no tiene esa imagen", expresó Smith, quien dirige ahora el programa sobre Cuba del Centro para Política Internacional con sede en Washington. (AP)
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