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 sábado, 26 de agosto de 2006  
Crearon la Universidad Pedagógica en Buenos Aires
Rafael Gagliano: "Una buena docencia tiene asociado un trabajo de investigación"
Para el educador la apertura de la nueva institución de posgrado para docentes busca poner fin a los cursos de capacitación que sólo pretendían una supervivencia en el sistema

Matías Loja / La Capital

Una universidad de posgrado para los docentes. Bajo esa premisa, las cámaras de Senadores y de Diputados de la provincia de Buenos Aires aprobaron el pasado 12 de julio el proyecto de ley que crea en esta jurisdicción la Universidad Pedagógica, destinada a aquellos docentes que deseen perfeccionarse.

La iniciativa está dirigida a aquellos educadores que, tras recibir su título en los Institutos de Formación Docente (IFD), de tres años de duración, puedan cursar un año más y obtener título de licenciado, accediendo así a la posibilidad de realizar estudios de posgrado.

"En principio, está pensada como una universidad pedagógica, por lo tanto es una instancia de formación superior universitaria, con estudios de posgrado, para perfeccionar, especializar y diversificar la carrera docente", comenta el jefe de asesores de la cartera educativa bonaerense, Rafael Gagliano.

Especialista en educación y profesor de ciencias sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Gagliano cree que la propuesta bonaerense se enmarca en la idea de dar una vuelta de página al "festival de cursos" de perfeccionamiento docente, marca registrada de la reforma de los 90, y advierte además que para tener una buena docencia debe ir acompañada de un trabajo de investigación.

Según explica, en principio la Universidad Pedagógica, que funcionará en subsedes regionales dispersas por toda la provincia pero con una central en Quilmes, contará con cuatro modalidades: administración educativa; pedagogía social; y otras dos orientaciones, que van a delinearse recién en el 2007, vinculadas con la enseñanza de áreas relacionadas a las necesidades de cada región en disciplinas específicas como la alfabetización.

A la hora de hablar de la primera de estas modalidades, Gagliano señala que tiene que ver con la administración de instituciones escolares, pero remarca que "no queremos llamarla gestión en términos de como se barajó esta distinción en la década de los 90, sino que está pensada en el manejo del sistema escolar bonaerense".

"Los docentes que ingresen en esta universidad van a egresar con un título de reconocimiento nacional, porque estas carreras van a estar acreditadas por la Coneau (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria)", destaca el jefe de asesores del área educativa bonaerense.

Pero la iniciativa, inédita en el país, ya despertó interés nacional, al punto que, según el propio Gagliano, el Ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, se mostró interesado en el proyecto la Universidad Pedagógica bonaerense.

Es que si bien esta iniciativa funcionaría exclusivamente en esta provincia, la experiencia de este tipo de instituciones a nivel nacional es común en varios países vecinos, tal como señala el reciente estudio "La formación docente en la región, de las normales a las universidades", del rector de la hondureña Universidad Pedagógica Nacional "Francisco Morazán", Ramón Ulises Salgado Peña.

En este informe, publicado en junio por el Instituto para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Iesalc), de la Unesco, se destaca que en medio de una serie de transformaciones operadas en los IFD, de nivel terciario, algunos países, como México, Colombia, Honduras, Venezuela, Chile y Cuba, han decidido la creación de Universidades Pedagógicas Nacionales (UPN) "como una estrategia para especializar a estas instituciones y poder mejorar la formación inicial y permanente de docentes, fortalecer la investigación académica como un medio para resolver problemas educativos y servir a la vez como referente cultural en las sociedades donde se desempeñan".

Pero Gagliano, estrecho colaborador de la ministra de Educación bonaerense, Adriana Puiggrós, cree que es necesario trabajar con los docentes, además del perfeccionamiento de cuestiones pedagógicas, en proyectos vinculados con la investigación, pues de lo contrario esta ausencia puede traer consigo el fracaso en la función profesional de los propios educadores.

-En la década pasada, a nivel de perfeccionamiento docente, se produjo una heterogénea cantidad de cursos de capacitación. ¿Cómo evalúa esa experiencia?

-Esta Universidad Pedagógica surge para concentrar y generar una suerte de responsabilidad pública para suprimir el festival de cursos de capacitación, breves, espasmódicos y sin ningún tipo de itinerario sistemático ni plan de carrera de la década pasada. Estos cursos se realizaban sólo a los efectos de adquirir puntaje y tener una chance adicional para los concursos.

-¿Y en cuanto a la calidad?

-En realidad, ese tipo de capacitación nunca afectó a la calidad de las estrategias de enseñanza de los docentes, porque no tenían por objetivo político una orientación específica, sino más bien eran para perseverar en el sistema, quedarse en el sistema, más como trabajadores que como docentes. Era la lucha por la supervivencia económica más que la formación profesional.

-¿Considera que habría que fortalecer en la docencia tareas de investigación?

-Yo creo que una buena docencia tiene asociado un trabajo de investigación, y para eso la Dirección General de Escuelas de Buenos Aires tiene un Centro de Investigaciones Educativas, que procura generar líneas de investigación a partir de las demandas docentes. En realidad, la proliferación de problemas locales hace que si no hay una investigación asociada a la capacitación docente de base, el trabajo del educador es más dificultoso. La aplastante crisis económica, social y cultural lo que ha hecho es disfrazar y diseminar nuevos problemas para los cuales no tenemos conocimiento, de allí que la investigación esté necesariamente hermanada con la formación de base.

-Este vínculo está más aceitado en la universidad...

-Claro, por eso es absolutamente necesario también trabajar con los docentes de escuela, porque si llegan al aula sin conocimiento de base pueden producir fracaso, no tanto en los alumnos, sino en ellos mismos.

-¿Sería posible extender en un futuro esta propuesta a nivel nacional como funciona en otros países de Latinoamérica?

-Es cierto que existen ya consolidadas iniciativas de este tipo en varios países. En nuestro caso, el ministro Filmus conoce la experiencia que estamos desarrollando en la provincia, y ve con buenos ojos que otras jurisdicciones puedan tomar este modelo para desafiar la formación superior de los docentes. Ahora, nosotros estamos avanzando lentamente, asegurando y aprendiendo de los errores que podamos cometer, porque estamos en una parte, al menos hasta fin de año, de experimentación y de consolidación de la organización académica.

-¿Podría pensarse más adelante en una centralización de la formación docente?

-Más que centralización, yo hablaría de una regulación federal, con estándares sobre criterios de evaluación y homologación de títulos. No tanto una nacionalización de la instancia de formación superior de docentes, sino más bien una institución referenciadora a nivel federal. Pero yo creo que tienen que ser las jurisdicciones, las provincias, las que cuiden y protejan su propio sistema de formación docente.

Matías Loja
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Según Gagliano, esta experiencia genera una responsabilidad pública para suprimir el "festival de cursos" de los 90.

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