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 sábado, 19 de agosto de 2006  
Tregua en Medio Oriente. Desilusión libanesa con Francia, que debía enviar 5 mil soldados y ofreció apenas 200
La ONU no logra que le "presten" soldados para mandar al Líbano
La falta de reglas claras y sobre todo que Hezbolá no sea desarmado provocan la falta de compromiso

París/Beirut.- La decisión de Francia de proporcionar sólo 200 efectivos a las fuerzas de paz de las Naciones Unidas en el sur del Líbano desató críticas contra el presidente Jacques Chirac, pero la negativa a aportar tropas en número consistente es generalizada. Se suponía que Francia lideraría la misión, con un aporte superior a 5.000 efectivos. Pero ocurre que los países que ofrecieron inicialmente tropas ahora se muestran reticentes debido a la falta de claridad de la resolución que impuso la paz y que ordena el envío de la misión, y a que uno de sus puntos clave, el desarme de la milicia islámica Hezbolá, no será cumplido por el Líbano. El gobierno y el ejército libanés anunciaron esta semana que no desarmarán a la milicia extremista shiíta, cuyas acciones contra Israel desataron la guerra el 12 de julio pasado. Francia, al igual que Alemania, Holanda y Turquía, entre otros países, no desean ver a sus soldados atrapados entre dos fuegos y sin normas claras para enfrentar a una aguerrida milicia que continuará armada.

El caso de Francia es el más resonante porque el país, y en particular el presidente Chirac, siempre han resaltado su apoyo al Líbano. "Esperábamos más de Francia", dijo el ministro de Asuntos Exteriores libanés, Fawzi Sallouokh. También el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió a Francia que envíe más soldados.

La semana pasada, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 1701, que estableció el alto el fuego que se cumple desde el lunes a la mañana, y desplegar en el sur del Líbano una fuerza de paz de 15.000 soldados como parte del plan internacional para pacificar el país árabe. Pero según esta resolución, del sur libanés debían retirarse tanto el ejército israelí -que está cumpliendo la directiva- como las milicias de Hezbolá, que además debían entregar sus armas. Esto no está ocurriendo y los milicianos simplemente han guardado sus armas y ahora se dedican a las tares de reconstrucción.

Esta semana el gobierno libanés (en el que el grupo islámico tiene dos ministros) acordó no cumplir con esta parte de la resolución. Esto se tradujo en un giro drástico de la actitud cooperativa de Francia y otras naciones. El jueves, el secretario de Naciones Unidas, Kofi Annan, convocó en Nueva York una reunión de emergencia de todos los países que habían ofrecido tropas, pero no logró convencerlos de que concretaran sus aportes de efectivos.

Las tropas reforzadas de la Fuerza Interina de la ONU en Líbano (Unifil, actualmente de apenas 2.000 efectivos) deben acompañar a 15 mil soldados libaneses que ya han comenzado a trasladarse al sur del país para asumir el control de la región. Francia ya tiene 200 efectivos en el sur del Líbano como parte del contingente actual de la Unifil, que se encuentra en el Líbano desde hace 28 años. París alega que ya sufrió víctimas en esfuerzos anteriores de pacificación de la ONU.

Chirac reafirmó en una conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, las condiciones que debe reunir el refuerzo de la Unifil. "Las tareas, reglas de despliegue, la cadena de mando y los medios de esta tropa" deben definirse claramente, dijo Chirac. Esta exigencia de reglas claras de actuación para la futura Unifil se repite en todos los gobiernos que ofrecieron tropas y ahora se echaron atrás. Pero detrás del reclamo formal, es la imagen de un Hezbolá armado y dominando el terreno -que se supone debía desalojar-, la que impone esta reticencia.

Chirac anunció el jueves que Francia duplicará a 400 soldados su contingente en la Unifil, sumando 200 a los 200 actuales.

Un día después del fracaso de la conferencia para el envío de tropas a Líbano, las Naciones Unidas pidieron a los países europeos un mayor compromiso y señalaron la importancia de que Europa "alce la mano".

Entretanto, Italia aprobó de manera preliminar el envío de soldados, aunque no precisó la cifra. De manera no oficial se habla de unos 3.000, pero no es seguro que esa cifra se mantenga. El premier Romano Prodi exigió que se den dos condiciones para el despliegue: debe haber un mandato de la ONU con una reglamentación clara de las tareas, incluidas las "normas de enfrentamiento", y que Hezbolá debe estar también de acuerdo con el despliegue de Naciones Unidas, lo que el gobierno de Beirut ya le ha asegurado, según Prodi.

Alemania, en tanto, sólo aportará apoyo logístico naval y aéreo, mientras Finlandia prometió el envío de entre 200 y 250 soldados. Y Holanda resolvió no enviar ninguno, limitando su auxilio a la ayuda financiera.

Finalmente, se comprometió uno de los países más pobres del mundo: Bangladesh ofreció a Naciones Unidas 2.000 soldados y con ello es el hasta ahora mayor contingente para la ampliación de la Unifil.
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Ayer se cumplieron numerosos funerales en Líbano.

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