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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
"Hay mucho panqueque dando vuelta en el gobierno nacional"
Aludió así a la conversión de varios dirigentes. Se propuso como alternativa entre el populismo y la derecha
Carlos Colombo / La Capital
"Estamos trabajando", es todo lo que dice Roberto Lavagna cuando se le pregunta si será candidato presidencial. Sobre ese punto no va más allá, pero quien lo escucha percibe que la decisión está tomada y que sólo es cuestión de tiempo. Lo que lo diferencia del resto de los políticos tradicionales es la tranquilidad de su oficina en Diagonal Norte, a una cuadra del Obelisco. No hay dirigentes dando vuelta ni gente entrando y saliendo. Están sólo él, su secretaria y un colaborador.
La decoración de su austera oficina es minimalista y resaltan dos cosas: un cuadro con la imagen de la República detrás de su sillón y un cuadrito con una caricaturas de Hermenegildo Sabat en la que él aparece primero como un angel y luego como un demonio para el gobierno. "Con perdón de los periodistas, pero un dibujo del Menchi dice más que muchas notas", señala.
El ex ministro de Economía se define justicialista y dice que su objetivo es construir una alternativa de "centro progresista" que pueda competir con el "setentismo y el noventismo", esto es izquierda y derecha, según su definición. "Cuántas veces el populismo le abrió la puerta a la derecha en la Argentina y cuántas veces el fracaso de la derecha termina trayendo a un gobierno del otro extremo", advirtió.
Admite que viene trabajando con radicales y peronistas (el grupo El General), pero suma al MID, al Frepaso y sectores independientes. Defiende a los duhaldistas que están impulsando su candidatura y califica a los que se pasaron al gobierno de "panqueques", al tiempo que defiende su gestión al frente del Palacio de Hacienda y asegura que la inflación está en los mismos valores que cuando él era ministro, pero sin control de precios ni de índices.
-¿Tiene definido lanzar la candidatura presidencial?
-Estamos trabajando para ver si se logra un espacio que sea una alternativa superadora.
-¿Y la construcción de ese espacio, en qué momento se encuentra?
-Estamos trabajando. No hay que invertir el orden de las cosas. Primero los tiempos son largos; para el 28 de octubre de 2007 falta mucho, y yo lamento que los pingüinos, el ARI, PRO, Menem... haya lanzado su candidatura antes de tiempo. El país tuvo una campaña electoral dura desde marzo de 2005, si alguien cree que un país resiste desde esa fecha hasta octubre de 2007 en campaña permanente se equivoca, eso tiene costos económicos y sociales. En consecuencia, por un lado, hay tiempo; por el otro, el orden de las cosas: primero hay que trabajar en torno a esta concertación progresista que estamos armando y después llegan los nombres y las personas.
-¿Además de con Raúl Alfonsín y el peronismo del grupo El General, se reúne con algún otro sector?
-Con sectores peronistas del interior, el MID, que manifestó su apoyo; el Frepaso y un montón de grupos independientes, fundamentalmente jóvenes. O sea que hay un espectro grande.
-¿Con Eduardo Duhalde mantiene algún tipo contacto político, más allá de su relación personal?
-Más allá de, cómo usted dice, el aprecio personal, no hemos tenido ninguna reunión.
-Hay una versión que dice que Duhalde estaría analizando acompañarlo como candidato a gobernador de Buenos Aires.
-Me da la impresión de que esa versión no tiene mucho asidero. La he visto en algún diario y suena a esas cosas que alguien arma artificialmente.
-Alfonsín recorre el país impulsando su candidatura, ¿eso fue conversado o es una decisión de Alfonsín?
-Todos lo que crean en el proyecto que se está discutiendo saldrán y tendrán el compromiso de explicarlo.
-¿Cuáles son sus ejes?
-Tiene un objetivo muy central: evitar que la próxima elección sea entre el populismo y la derecha dura. En materia económica, los populistas suelen tener la idea de que todo se puede hacer, que todo es gratis; en economía nada es gratis. En el tema seguridad, son garantistas e introducen reformas donde uno tiene la sensación que se hacen para que los delincuentes entren por una puerta y salgan por otra. En política internacional, mucha verborragia, chavismo diluido. Todo eso es el populismo. Del otro lado, en materia económica se sostiene que no se puede nada, salvo el ajuste, jorobar a la gente en la distribución del ingreso y en lo laboral. En seguridad, gatillo fácil y mano dura, y en política exterior les encantaba aquello de las relaciones carnales. Hoy hay un riesgo cierto que esos dos extremos se potencien, y vengo sosteniendo esto desde que era ministro de Economía. Recuerdo cuando hablaba del setentismo y el noventismo. Levantar esos dos muertos es un grave riesgo, porque es crear nuevamente una división muy profunda en la sociedad. Eso es lo que hay que tratar de evitar.
-¿En qué se diferencia su proyecto?
-En que proponemos construir una alternativa de centro progresista. En materia económica, es la continuidad de lo que sacó a la Argentina de la peor crisis en 150 años. En política internacional, no hay que ir ni a un extremo ni a otro, ni andar de rodillas ni hacer discursos inútiles y parecidos a un chavismo licuado. En materia de seguridad, lo primero que hay que hacer, y esto lo dije antes que Kirchner, es hacer funcionar las leyes, no cambiar las leyes. Fíjese, desde la izquierda quieren cambiar las leyes con este código garantista; del otro lado quieren un montón de leyes nuevas. Lo que hay que hacer es que funcione articuladamente ese triángulo que conforma la policía, cuerpo carcelario y jueces, que es lo que no está funcionando.
-¿Entiende que el gobierno está empeñado en reflotar estos muertos, como usted dice, del setentismo y el noventismo?
-En la práctica es lo que está ocurriendo, no sólo desde el gobierno, del otro lado están encantados en que se las planteen también, porque en términos binarios, de blanco o negro, creen que la mejor manera de hacer política es diferenciarse en todo, y ese es un riesgo muy grande, es generar una división donde alguien gana transitoriamente pero termina abriéndoles las puertas al otro. Cuántas veces el populismo le abrió la puerta a la derecha en la Argentina y cuántas veces el fracaso de la derecha termina trayendo a un gobierno del otro extremo. Cuánto tiempo vamos a seguir haciendo ese péndulo.
-¿Tiene expectativas de que la UCR, en su próxima convención, comience a definir los lineamientos de su sector?
-Respecto del trabajo, sí por supuesto; no con nombre y apellido, porque esto no es una candidatura estrictamente radical, es un grupo muy grande, mi origen es justicialista, pero sí en términos de avanzar y fijar los límites del proyecto en cual se quiere estar.
-Cuando el duhaldismo apoyaba al gobierno, eran todos buenos; después fueron malos. Ahora que un grupo volvió a apoyar a Kirchner, vuelven a ser buenos, y los que están con usted son como el diablo. ¿Quiénes con los buenos y quiénes los malos?
-Bueno, ahí hay mucho panqueque dando vuelta...
-¿De los dos lados?
-Hay más de algunos lado que del otro. Creo que el gobierno ha acumulado últimamente a muchos panqueques, y bueno a lo mejor eso es la vieja política.
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Fotos
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Roberto Lavagna dialogó con La Capital en su oficina de Diagonal Norte.
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