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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
"Si no tengo el papelito, termino deportado"
"Hay gente del servicio doméstico que trabaja en negro y viene a hacer una denuncia de que la echaron, pero como no tienen documentos porque son inmigrantes ilegales no pueden hacerla ni enviar una carta documento ni contratar a un abogado", confía a La Capital una letrada que trabaja en un organismo oficial.
"Hay bolivianas, peruanas o paraguayas que se acercan a consultar cuando se quedan sin trabajo, pero solamente tienen el pasaporte de su país y al no tener el DNI no pueden ni mandarle un telegrama al patrón, que no solamente niega la relación laboral sino que dice que no la conoce. Y yo no puedo mandarle una inspección porque debo tener una orden judicial", abunda la abogada.
En realidad, el inmigrante indocumentado que sufre explotación laboral en Rosario y su zona no existe para la letra de la ley, y acepta las injustas reglas del mercado, o de la ley de la selva. "En algunos casos hemos tomado el reclamo aunque sea para generar una mesa de negociación, pero no progresan porque el patrón niega conocerla", agrega la funcionaria.
Quizás como los casos de los dos albañiles paraguayos que murieron en obras en construcción en Rosario en los últimos días, los trabajadores inmigrantes explotados razonan con la siniestra lógica de los marginados, como cuenta la abogada: "Son indocumentados e ilegales: están fritos". O, como ellos mismos se describen: "Si voy a hacer la denuncia, pero estoy ilegal y no tengo el papelito, termino deportado".
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