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 domingo, 13 de agosto de 2006  
El mercado de campos arde y pone presión a los alquileres
Por el encarecimiento se modificó el perfil de demandantes. Resurge el fantasma de la deuda

Fabiana Monti / La Capital

La suba de los precios de los campos -en más de un 100% desde la devaluación- cambió a los actores en el mercado de la compra-venta de tierras. Por la magnitud de los valores, los productores especialmente pequeños y medianos fueron desplazados por los fondos de inversión y los pooles de siembra, quienes hoy concentran las pocas operaciones que se realizan.

Este movimiento en el mercado inmobiliario agrícola está acompañado además por una suba en el precio de los arrendamientos, motivado por el buen momento que atraviesa el agro, que incentiva a una mayor escala de producción y al desembarco de inversores foráneos en el sector.

"Los valores actuales de los campos no tienen relación con la rentabilidad", disparó el asesor privado Edgardo Silvani, a la hora de analizar el escenario del mercado de tierras y los valores que se ofrecen por estos momentos en las zonas núcleo de la región pampeana.

Así, el especialista explicó que hace tres años atrás, una familia tenía vender su campo en la zona de J.B. Molina (sur de Santa Fe) no obtenía por su tierra más que 3.500 dólares la hectárea. Hoy esa misma zona se ofrece a 12 mil dólares la hectárea.

Sin embargo, para los referentes del sector comercial estos precios encontraron un techo. "El valor de la hectárea en la región pampeana se ha amesetado y los análisis de rentabilidad no dan para mayores alzas", apuntó Juan Carlos Furigo, de la inmobiliaria con el mismo nombre. "El pequeño y mediano productor no puede comprar a estos precios, ha quedado fuera de este mercado inmobiliario y las pocas operaciones que se están realizando son de fondos de inversión que vienen de otras actividades que no son del campo", indicó el empresario.

Furigo explicó que los valores de los campos son "desproporcionados" y que "la oferta es inferior a la demanda que existe".

Por su parte, Néstor del Greco, de la inmobiliaria Jumito de Roldán, coincidió en que el mercado de compra-venta de campos "está prácticamente parado" a los valores actuales y que "la plata que está dando vuelta no tiene que ver con el productor".

En materia de arrendamientos la situación se asemeja. "Estamos en la cresta de la ola con arrendamientos de hasta 17 quintales, los productores se van a empezar a endeudar, corren muchos riesgos", anticipó Del Greco.


Propiedad vs conocimiento
Para el CEO de la empresa agropecuaria El Tejar -una de las más grandes de la Argentina y con producciones en varios países- Oscar Alvarado esta situación es "una buena noticia para quienes son dueños de la tierra pero no para quienes no la tienen".

En tanto, para Jorge Romagnoli, presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), la tierra capturó el valor tecnológico que se le fue incorporando en los últimos años a través de la siembra directa, los agroquímicos, los insumos o la biotecnología. "Todo ese valor agregado no lo capturó el proceso de producción sino la tierra", aseguró Romagnoli.

Al mismo tiempo que el valor de los campos se entona, los arrendamientos subieron al mismo ritmo en las distintas regiones agrícolas del país a la luz del impulso que tuvo el agro, especialmente porque se lo considera una de las alternativas de negocios más rentables, especialmente lo ligado al cultivo de la soja. De hecho, muchos productores se quejan de arrendamientos "mercenarios" en todo el país.

"Para hacer rotación con maíz se están pidiendo 15 quintales por hectárea y para hacer sólo soja hasta 17 quintales", indicó Furigo quien explicó que el interés por los arrendamientos tiene que ver con un retorno que se obtiene en seis meses y que es superior a las tasas de interés bancaria.

"El productor no puede comprar los campos a los valores que están y por ende, no puede aumentar su superficie de siembra. Por eso, demanda campos para arrendar", dijo Furigo y "así se suman a los inversores que ven en el agro un negocio rentable", apuntó.

"El mercado está muy competitivo y en alza y el propietario de la tierra teme arriesgar a los valores que hoy está alquilando, por eso hace arreglos a corto plazo", analizó Furigo.

Para el agente inmobiliario hay dos factores de importancia que circulan en el mercado de alquileres. Por un lado, la falta de oferta de tierras y por otro, el alto valor de las mismas que no necesariamente está vinculada con esta escasez.

"Es irracional lo que se paga y esto es de alto riesgo para el productor", dijo Furigo. "De seguir así en cuatro años van a comenzar de nuevo los endeudamientos".
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Los inversores extra sector compiten en el mercado de alquileres con los productores.

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