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 domingo, 13 de agosto de 2006  
Sectores. Los productores de punta quieren superar la tensión con el Ejecutivo y piden un consenso estratégico para aprovechar las oportunidades del mercado mundial
El campo propone una nueva relación con el gobierno
En el congreso de Aapresid se discutieron los cambios en el mundo de los agronegocios. Los biocombustibles

Sandra Cicaré / La Capital

"Creo que hoy en la agricultura tenemos el momentum de nuestro lado". Con esa convicción arrancó su discurso Steve Sonka, director de la oficina de investigaciones tecnológicas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) en el 14º Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid). Y avanzó sobre el camino que el sector deberá tomar para sacar provecho de esta coyuntura y transformarla en una oportunidad de largo plazo: "Invertir agresivamente en investigación, experimentar bien y rápido para una producción diferente en el futuro y ser rigurosos en la gestión financiera".

Los mandatos parecen al alcance de la mano del sector agropecuario argentino que a juicio de los especialistas es uno de los más competitivos del país y, en algunos rubros como la producción sojera, de toda América latina. Sin embargo, el reclamo por las modificaciones en la política fiscal -esencialmente eliminación de las retenciones a las exportaciones- parecen haber acaparado el centro de la escena local y el árbol no está permitiendo ver el bosque.

¿Podrá el agro aprovechar la premisa de Aapresid cuando habla de que es tiempo de impulsar los cambios y avanzar más allá de la coyuntura? ¿O pese a que la rentabilidad actual es superior a la de la época de la convertibilidad seguirá reclamando por una menor carga impositiva como medida excluyente para pensar en nuevas inversiones?

"Los que más sufren las retenciones son las clases bajas, porque si no hay inversiones hay pobreza", dijo el directivo del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (Indear) y ex presidente de Aapresid, Víctor Trucco y dejó sentado cómo para el sector la disputa por la eliminación de la carga fiscal se torna excluyente.

A su juicio, Argentina está en condiciones de producir para proveer de proteínas al mundo pero para eso hay que intensificar la cadena y eso se logra con inversiones.

"Si el gobierno llegara a comprender lo movilizador que es el sector agroindustrial y colaborara con una menor presión impositiva, vería que su contribución a un mayor bienestar social es mucho más grande que lo que hoy se logra por recaudación", apuntó el presidente de Prosoja, Julio Ferrarotti.

Al respecto, el presidente de Aapresid, Jorge Romagnoli fue taxativo: "Hoy una de las principales limitantes del agro es el marco geopolítico del país", dijo y señaló que "las empresas están tomando decisiones de corto plazo en razón de las alternativas de precios de los productos porque no hay un contexto de previsibilidad que permita pactar estrategias de largo plazo".

Por tanto, la salida que encontraron las asociaciones de cadenas de productos como las que nuclean a los sectores vinculados a la soja (Acsoja), el maíz (Maizar), el girasol (Asagir) o aquellas ligadas a la investigación como Aapresid o Aacrea fue comenzar a fijar políticas y en ese camino se embarcaron, dejando a las entidades gremiales el espacio de la disputa cuerpo a cuerpo. "Hay que cambiar las ideas", resumió Trucco.

"Creo que todos los esfuerzos tienen que concentrarse en sentarse con el gobierno a planificar el futuro, no analizar temas de coyuntura", dijo el presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), Rodolfo Rossi.

"Hoy las retenciones están y pueden no estar, el precio de la soja puede ser uno u otro, hoy hay monocultivo y mañana puede ser que no, lo que tenemos que hacer son políticas activas para de alguna manera entre gobierno y sector privado (productores, fabricantes de insumos, sector comercial, Bolsas, industriales) planificar el futuro", agregó.

Este trabajo a largo plazo busca entonces saldar la coyuntura. Y con la convicción de que el gobierno nacional seguirá en la misma línea de política impositiva -por razones de caja o por convicciones ideológicas o ambas- las organizaciones que representan a las cadenas de la producción agrícola empezaron a mirar a futuro y a marcar el rumbo de los negocios para los próximos quince años.

Y aunque en cada tribuna que encuentren vuelven a la carga contra el mal trato que le dispensa el gobierno al campo -"desde 2001 somos tomados como el enemigo a atacar y no como el socio a proteger", se quejó el directivo de Aapresid, Gastón Fernández Palma- la realidad muestra que no se quedaron quietos y siguen invirtiendo en un negocio que da mucho margen, impulsado por la buena situación internacional de precios y la excelente coyuntura.

"Argentina es el país donde es más competitivo producir soja por los costos de producción y por los altos rendimientos", señaló Rossi.

Y quizás una mirada sobre los desembolsos de las grandes compañías nacionales y multinacionales de la agroindustria permitan reconocer por dónde avanzarán los negocios del campo.

"Los nuevos desafíos están relacionados con nuevos usos que se le va a dar al cultivo de soja y a la creciente demanda internacional por estos nuevos usos.También el biocombustible va a marcar el futuro del sector en próximos años y todo lo relacionado con la salud y la nutrición", resumió Ferrarotti.
Camino al 2015
En este sentido, no sólo la Argentina está embarcada en un cambio de rumbo sino que todos los países productores de commodities -fundamentalmente Estados Unidos y Brasil- buscan traspasar la barrera del grano y avanzar sobre el valor agregado.

"Hay que producir algo diferente en el futuro", dijo Sonka y explicó que el cambio de rumbo en los negocios está vinculado a que "en el futuro es muy probable que los commodities no dominen el mundo de la agricultura", sino que el concepto estará centrado en "las cadenas de alimentos o las redes".

Fundamentalmente porque la demanda mundial está cada vez más selectiva y ya no hay un desentendimiento entre la producción y el consumo final. "Antes los que proveían al consumidor final no se preocupaban por cuestiones como pobreza rural, agricultura sustentable, pero ahora esto está en la agenda y hay que asumir la responsabilidad de toda la cadena de suministro de alimentos", dijo Sonka.

Pero al mismo tiempo que Sudamérica se posiciona como el mayor proveedor de proteínas de soja y Estados Unidos sigue liderando el mercado del maíz, el destino de esos granos empieza a disputarse, mucho más en un escenario donde la crisis energética en función del agotamiento del petróleo y sus altos precios empieza a dar lugar al desarrollo de los biocombustibles.
Alimentos o energía
¿Alimentos o energía? es la pregunta que muchos se hicieron durante el congreso de Aapresid y las opiniones se bifurcaron.

Aunque todavía es muy pronto pensar en que llegó el momento de elegir entre ambas opciones, en rigor será el tema que dominará el escenario mundial a futuro.

Para Phill Jarrell, especialista en biocombustibles de Estados Unidos, será el mercado el que definirá hacia dónde se destina la producción granaria. Aunque reconoció que el desarrollo de combustibles bio "es un tema de seguridad nacional porque no se puede depender del petróleo, con lo cual hay que intentar reemplazar a los fósiles".

En este sentido, en Estados Unidos hay una industria productora de etanol en base a maíz muy desarrollada. Cuenta con 102 plantas que producen más de 18 mil millones de litros por año.

La misma se fue consolidando en base a una política fiscal de subsidios hacia los productores maiceros que se coronó el año pasado con una ley energética que promueve el uso de los biocombustibles.

Sin embargo, está sustentada en base al etanol y muy poco en el desarrollo del biodiesel, un sector al que todavía no le encontraron la veta pese a los créditos fiscales que el gobierno estadounidense destinó para esas inversiones en 2004.

Aún así, en el mercado del etanol el gran jugador es Brasil, con una producción en base a caña de azúcar. "Los costos en ese país son inferiores y es el más competitivo a nivel mundial", resumió Peter Zuurbier, especialista de la Universidad de Wageningen, Holanda.

Pero Argentina también tiene su oportunidad."Tenemos abundante materia prima e insumos críticos y la oportunidad con una industria aceitera que es la más eficiente de América latina", dijo Fernández Palma y aseguró que se puede atender el 5% del mercado total de gasoil con el 9% de la producción de soja".
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El congreso de Aapresid realizado en la Bolsa de Comercio se convirtió en un foro de análisis sobre el futuro del sector agropecuario.

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