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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
OPINION
Los valores
que hacen falta
Cecilia Pedro (*)
¿Por qué a falta de modelos en nuestra sociedad aparecen estos niños que ocupan un lugar que antes eran de los adultos? Es esperable que en la infancia los padres les brinden a sus hijos una imagen de seguridad, poder y confianza. El niño tiene la necesidad vital de admirar a sus padres para poder crecer. Este escenario social marcado por la inestabilidad, lo imprevisible, la violencia y los cambios continuos afecta e influye sobre la vida de las personas. Sociedad de valores y roles trastocados, de ideales ausentes, donde se desprecian los valores abstractos que antes nos sostenían. Y, en cambio, aparecen como fundamentales otros valores, donde se rinde culto al dinero, los bienes materiales, los objetos y sus atributos ligados, como éxito y poder.
Hoy, muchas veces, el lugar de los padres aparece desdibujado. Y ante ese vacío paternal es el hijo el que toma la posta, sobreadaptándose, haciéndose cargo de un lugar que no le pertenece y para el cual no se halla preparado.
Son los padres, en la crianza de sus hijos, quienes les van transmitiendo las maneras de pensar y hacer las cosas. Se puede inculcar un bagaje posibilitador de la vida, que tenga que ver con una ética ligada a la solidaridad, honestidad, tolerancia, cuidado y respeto del otro. O, contrariamente, basar lo transmitido en omnipotencia, el egoísmo y la importancia de lo económico.
(*) Psicóloga, matr. Nº1465
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