¿Se cubrirá la oferta?

La construcción de casi 200 edificios puede ser vista desde múltiples perspectivas. Desde el punto vista económico, el mercado inmobiliario -después del efecto corralito, la devaluación y el default de los títulos argentinos- se consolidó como la opción para invertir divisas. La acumulación de los excedentes de la producción volcados a la vieja receta de los ladrillos, explica este fenómeno pero también abre algunos interrogantes. ¿Existe capacidad de ahorro y liquidez suficiente en la población para cubrir la oferta de 2.400 departamentos que quedarán inaugurados en poco tiempo?

El boom inmobiliario que de hecho existe tal cual lo reflejan los altos índices de construcción, invita a preguntarse si la escalada de precios que se observa en el valor metro cuadrado, es posible mantenerse en el tiempo. Para que un producto tenga precios elevados, requiere la existencia de una demanda creciente y sostenida.

"La sensación es que las motivaciones de la demanda tienen que ver más con las faltas de alternativas de inversión que con las reales necesidades de viviendas", razonó el economista Daniel Germano.

El diagnóstico resulta elocuente: poco interés de los ahorristas en las tasas de interés, la reciente confiscación de los depósitos son elementos más que suficientes para inferir que la vieja forma de ahorrar en ladrillos.

Para Germano, "la demanda de vivienda está insatisfecha. Esto podría alentar que la oferta aumente, pero la realidad es que quien demandaría un departamento a estrenar, padece de bajos salarios y escaso acceso al crédito hipotecario, lo que evidencia una alta concentración de la riqueza, aún con altos índices de crecimiento, y que impacta en el aumento de los insumos de la construcción y el valor de los terrenos".