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domingo,
06 de
agosto de
2006 |
Más edificios
no equivale a
una vida mejor
El fenómeno del boom inmobiliario ocupa a una 40 mil personas en el gran Rosario, pero para el investigador y docente de la UNR Carlos Crucella la falta de control del Estado sobre el crecimiento de la ciudad generará efectos nocivos para toda la población y podrían atentar contra la calidad de vida de los ciudadanos en general.
El aporte directo de la construcción a la riqueza generada en la región equivale sólo al 2,6% del producto bruto. Sin embargo, el valor agregado es el que registra el mayor incremento respecto de 2002. Esta actividad es una importante generadora de puestos de trabajo. A fines del año pasado ocupaba alrededor de 40.000 personas en forma directa, 7.000 obreros más que en el último trimestre de 2003.
Para Crucella "este crecimiento explosivo del sector, plantea, sin embargo, un desafío que debe ser enfrentado", para acotar: "La proliferación de edificios en ciertas zonas ya superpobladas de la ciudad, requiere la adopción de ciertas previsiones en términos de la demanda de servicios que los mismos requerirán".
Por citar uno de los casos, el docente hizo referencia al mayor número de automotores que habrá en una misma superficie. "Todo lo que se está construyendo actualmente permanecerá por mucho tiempo", insistió Crucella para lanzar una reflexión a futuro: "Dejar en manos del mercado inmobiliario la libre disposición de un recurso limitado -como es la trama urbana, sus espacios de circulación y áreas públicas y la infraestructura de servicios-, sin establecer algunas limitaciones indispensables, puede no ser el mejor camino para que nuestros hijos vivan en un ámbito territorial y socialmente integrado".
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