Presentan una demanda civil contra Storni y el Arzobispado santafesino

Dos ex seminaristas reclaman un resarcimiento por daños y perjuicios. Podría llegar a 10 millones de pesos

Carlos Roberto Morán / La Capital

Santa Fe.- Los ex seminaristas Rubén Descalzo y Marcelo Sambido presentaron una demanda civil contra el ex arzobispo Edgardo Gabriel Storni, el sacerdote Jorge Sarsotti y el Arzobispado de esta capital por daños e ilícitos, que podría llegar a la suma de diez millones de pesos, paralelo al proceso penal por abuso sexual que se encuentra en la etapa de sentencia.

El reclamo fue presentado apelando a la forma de la responsabilidad solidaria, es decir que el monto que podría determinar el juez deberá ser pagada por las tres partes o por cualquiera de ellas, en forma indistinta, y se sustenta en el incumplimiento del contrato de educación que el Arzobispado suscribió oportunamente con los demandantes, quienes debieron abandonar sus estudios luego de que -según denunciaron- Storni intentara incurrir en abusos contra ellos.

El defensor de los ex seminaristas, Mario Colussi, interpreta que la demanda será ampliada a mediados del agosto próximo, y explicó que el sacerdote Sarsotti fue incluido porque al momento en que se habrían producido los hechos se encontraba a cargo de la casa de retiros que el Arzobispado santafesino mantiene en la localidad cordobesa de Santa Rosa de Calamuchita, donde "era el asesor espiritual de los seminaristas".

La demanda está radicada en el Juzgado Civil y Comercial 3, a cargo del magistrado César Cantero, y reclama civilmente a Storni por los mismos hechos que fueran denunciados en el fuero penal.


Situación conocida
Colussi señaló que Sarsotti ya perdió en el Juzgado Correccional 8 una querella que había iniciado contra Descalzo por calumnias e injurias y que la presentación abarca al Arzobispado porque la institución eclesiástica conocía la situación que vivía Storni a partir de la carta que en 1992 le enviara el sacerdote José Guntern recriminándole el comportamiento que había tenido con otro seminarista, a quien el entonces arzobispo le dio un beso en el cuello en la misma casa de retiro.

En esa misiva, Guntern le escribió a Storni: "Esta no es una carta, sino una confidencia de amigo. Tuviste un serio desliz que afectó a un grupo en plena formación espiritual y humana. No te juzgo ni te condeno, no me corresponde. Sí, te sugiero que reflexiones en Cristo y tomes conciencia de la gravedad de tus actos".

Cuando esa carta tomó estado público, Guntern fue convocado al Arzobispado en 2002 y obligado a retractarse ante un escribano público, situación por la que al día siguiente el anciano sacerdote denunció que fue coaccionado, y luego de un largo proceso tres vicarios de Storni y su secretario privado fueron procesados. Este episodio se encuentra en la causa penal que recientemente fue girada al juez Alejandro Echarte para que dicte sentencia.

Storni renunció como titular de la Iglesia Católica santafesina en septiembre de 2002 y fue reemplazado por José María Arancedo, para luego recluirse en una finca ubicada en la zona céntrica de la ciudad cordobesa de La Falda, adquirida casi coincidentemente en ese tiempo por el propio arzobispado santafesino, donde aún reside.

Colussi atribuye al Arzobispado capitalino el haber ocultado lo que estaba ocurriendo con la actitud de Storni hacia distintos seminaristas y que con esa actitud se perjudicó a sus clientes.

Colussi interpretó que en la actual situación de la causa penal de Storni que está en manos del juez Echarte "se resuelve la cuestión de fondo, o sea se determina si es culpable o no", y consideró que esa resolución puede llegar a favorecer su causa. "Depende de la sentencia -dijo- porque si se determina su culpabilidad favorece a la demanda civil; si no, y desde un punto de vista subjetivo, puede llegar a ser indistinto".

Storni se encuentra radicado en la zona céntrica de la localidad cordobesa de La Falda.