|
sábado,
29 de
julio de
2006 |
La experiencia de un Centro de Formación Integral
Discapacidad: la inclusión de jóvenes al trabajo
Tienen entre 14 y 22 años, se preparan para afrontar con confianza un trabajo que los iguale en oportunidades
Micaela Pereyra / La Capital
"El Cefi no es sólo un lugar para la capacitación laboral sino que buscamos la formación integral de los chicos", afirma Olga Martínez docente de terapia ocupacional y a cargo de la última etapa del servicio que el Centro de Formación Integral Nº 1405 desarrolla para chicos de 14 a 22 años con retrasos en los procesos de aprendizaje.
En esta escuela, pos EGB especial y de gestión privada, algunos chicos saben leer y escribir y otros no. Lo común es que todos encuentran dónde desarrollarse en algo que les gusta, que desean y encuentran productivo. "Los acompañamos en la adolescencia en la formación del sujeto, luego el trabajo es una consecuencia", dice Olga sobre una condición que entiende clave para que los chicos puedan aprender de qué se trata el mundo del trabajo.
En la institución, como en otras de Rosario donde concurren chicos con discapacidades, se realiza una tarea conjunta con las familias para incluirlos en la sociedad, con sus derechos y obligaciones. Para esto, en el Cefi de Buenos Aires 1069 trabajan con el deseo de los adolescentes, con la autorregulación y con la formación de la autonomía individual de cada chico basada en la confianza. "Buscamos que los chicos se formen en lo que eligen, seguimos sus deseos, lo cual también implica movernos en los rubros que tiene el mercado", cuenta Olga. Al mismo tiempo, Sofía, Ivana, Leandro y Cintia, todos alumnos, relatan cuáles son los talleres de la escuela, las pasantías por las que han pasado, donde están ahora y a qué lugares les gustaría ir a trabajar.
En la escuela se desarrollan talleres y microemprendimientos, afuera trabajan con otras escuelas medias y en pasantías en bibliotecas, jardines, talleres, oficinas y comercios. "Trabajo en la Biblioteca Eudoro Díaz (Vigil), mando libros por el montalibros, atiendo a la gente y también en la Biblioteca del Consejo de Mujeres donde hago fotocopias y ordeno", explica Sofía Nardone que tiene 19 años y hace cuatro años que está en la escuela. No sabe ni leer ni escribir, "pero si trabajar", agrega la profesora Olga y destaca que es una excelente auxiliar para cualquier trabajo.
Ivana Amaral tiene 20 años y es egresada del Cefi, igual sigue pasando por la escuela antes de ir a la pasantía como parte del seguimiento posterior y del contrato de confianza generado con los docentes y la institución. "Trabajo en encuadernación, arreglo libros con aguja e hilo, con pegamento, con papel. Voy todos los días a la Biblioteca Eudoro Díaz". El día de la entrevista Ivana había faltado a su trabajo para gestionar una beca de formación por 9 meses que otorga la Municipalidad, lo cual significa un estímulo económico (ver recuadro).
Muy cerca está Cintia Manfré, de 21 años y que hace sólo 2 meses que concurre al Cefi: "Fui a la escuela Nicolás Tolentino, sé leer, escribir y redactar, ahora vengo acá para formarme y poder trabajar. Mientras tanto, trabajo con mi papá que es ingeniero, lo ayudo a ordenar los papeles y las facturas". La joven describe con su relato cómo va empezando a administrar los tiempos, los reclamos y las tareas en los talleres: "En gestión aprendemos trámites, servicio de cadetería, lo hacemos con actividades, ahora tenemos la organización y gestión del Té-show que hacemos el 12 de agosto". Otro de los alumnos del Cefi, Leandro Federici, de 15 años y que está en la etapa de formación laboral, cuenta: "Trabajé en un taller mecánico y ahora me estoy preparando porque voy a entrar en una imprenta, a armar cajas de cartón".
Pasantías
Al mismo tiempo que relatan sus experiencias, los adolescentes cuentan dónde están participando sus compañeros. Nicolás está en un curso de herrería en el San José, Gustavo aprende peluquería en el Centro de la Juventud y Melisa concurre los miércoles a una pasantía en un jardín donde es auxiliar de la cocinera.
"Yo estoy esperando una pasantía, quiero trabajar en la Afjp Unidos, hacen cosas que yo sé hacer: fotocopias, atender gente, ordenar", exclama finalmente Sofía. Seguido a esto Olga reconoce y solicita: "La Afjp Unidos es la única empresa que nos abre sus puertas espontáneamente para las pasantías, tiene compromiso social. Necesitamos empresas que ofrezcan espacios de pasantías para que los chicos se formen en lo que eligen".
Otros tres microemprendimientos dependen de la escuela: la máquina de café, la encuadernación para otras instituciones y la panificación para consumo interno. La máquina de café la compraron con un plan de formación laboral y ayuda a las instituciones, está instalada en la peluquería Emilio Silver, de Rioja y Maipú. Alejandra se ocupa de mantenerla.
Para lograr esta autonomía que permite que los chicos se manejen solos por la ciudad, cumplan sus horarios y trabajen con responsabilidad, deben pasar por los tres servicios que tienen en este nivel pos EGB para chicos con retrasos en los procesos de aprendizaje: el servicio de adaptación laboral, formación práctica y capacitación profesional.
Otra propuesta a la que se sumaron es la del Programa Municipal de Agricultura Urbana, que incluye un proyecto de lombricultura. Cintia fue la encargada de lograr que vengan a la escuela los capacitadores del programa, lo cuál no fue una tarea fácil: "Le mandamos cuatro cartas que no contestaron, llamamos por teléfono muchas veces, hasta que fui a reclamar que vinieran". Por falta de espacios trabajan con la Escuela Especial Gurí, de Entre Ríos al 3800. "La escuela media hoy nos está brindando un espacio de aprendizaje espectacular", resalta la profesora Olga, para contar también que una vez por semana trabajan integradamente con el tercero polimodal de la escuela Santo Tomás de Aquino.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Con microemprendimientos, los jóvenes del Cefi Nº 15 se capacitan para trabajar.
|
|
|