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 jueves, 27 de julio de 2006  
Caso Drovandi: tres adolescentes niegan acusaciones en su contra
Ante el juez rechazaron haber robado dos motos y una cartera tras el crimen y hablaron de apremios policiales. Aún no declararon por la muerte de Luciano

Uno de los tres menores que están acusados por el crimen de Luciano Drovandi denunció haber sufrido apremios policiales al ser apresado casualmente por el arrebato de la cartera a una mujer. El adolescente de 15 años aseguró ayer en Tribunales que el lunes pasado fue golpeado en el trayecto a la comisaría 6ª y también dentro de la dependencia, donde admitió haber participado del ataque al motociclista. Sin embargo, tanto él como los otros dos jóvenes implicados en el homicidio negaron las acusaciones y no reconocieron como propias sus declaraciones en sede policial. En esas actas confesaban el robo de dos motos con la misma modalidad que la usada para asaltar al muchacho ultimado a balazos el viernes a la noche.

Los tres jóvenes permanecen detenidos tras ser prendidos por el robo de dos motos y de una cartera ocurridos el último fin de semana. También se presume que habrían participado del crimen de Luciano Drovandi, un empleado de 25 años, ocurrido el viernes a la noche en Pellegrini y Provincias Unidas. Allí, a dos cuadras de la casa donde vivía con sus padres, el joven fue asesinado de un tiro en el pecho por al menos dos personas que le robaron la moto Honda de 50 centímetros cúbicos en la que iba a encontrarse con su novia.

Los menores fueron apresados el lunes, aunque no por pruebas que los ligaran al crimen del motociclista sino por el arrebato de la cartera a una mujer. Una vez detenidos, dos de ellos admitieron ante la policía que suelen robar motos que luego reducen en un desarmadero de Carriego al 1700, el cual fue allanado sin éxito. En su declaración policial Adolfo G., uno de los jóvenes, admitió haber estado presente en el crimen de Drovandi, aunque los investigadores presumen que los tres habrían estado en el escenario de ese fatal asalto.

Todo aquello fue desmentido ayer a la mañana por los tres menores -Maximiliano M., de 17 años, su hermano Lucas, de 15, y Adolfo, de la misma edad- al declarar en el juzgado de Menores Nº 2. Los adolescentes fueron interrogados por el hecho que motivó su detención -el despojo de una cartera- y por el robo de dos ciclomotores -una Zanella y una Yamaha- confesado luego ante la policía. Por el crimen de Drovandi serán interrogados en los próximos días, cuando estén listas algunas medidas de prueba.

"No tuvimos nada que ver con el robo de la Yamaha. Eso me lo pusieron porque nos pegaron", se desligó Adolfo. Según una fuente de la causa, el muchacho sostuvo que los policías comenzaron a pegarle "en la chata", al ser conducido a la comisaría 6ª, y que la golpiza continuó allí. No obstante, el otro chico de 15 años dijo que a él lo trataron bien. Y el mayor de los tres sostuvo que a él no lo agredieron porque iba en otro patrullero, pero dijo que observó cuando le pegaban a Adolfo dentro y fuera de la seccional.

El jefe de la comisaría 14ª, Jorge Navarro, defendió la legalidad de la declaración ante esa dependencia donde uno de los menores, Adolfo, aparece asumiendo la autoría del crimen de Drovandi. "Fue un testimonio espontáneo del chico formulado debidamente y ante testigos", señaló a La Capital.


Pruebas y testimonios
A raíz de esos testimonios, los tres fueron revisados por un médico forense. La fiscal Graciela Argüelles ahora deberá decidir, en caso de que se acrediten las lesiones, si investiga o no a los efectivos por el delito de apremios ilegales. La confesión policial de los menores perdería validez procesal si se comprobara que fue obtenida bajo tormentos. No obstante, los investigadores cuentan con pruebas de peso que ligan a los menores a los hechos por los cuales fueron detenidos.

El arresto se produjo el lunes a la mañana cuando Cecilia S. denunció al Comando Radioeléctrico que dos jóvenes, desde una moto, le habían arrebatado la cartera en la zona de Zeballos y Valparaíso. Los efectivos la hicieron subir a un móvil desde el cual reconoció a uno de los ladrones que iba corriendo. Era Maximiliano M., el mayor de los tres, quien tenía un aparato MP3 robado a la mujer.

Otra patrulla siguió al conductor de la moto, Adolfo G., quien fue apresado en Riobamba y las vías. El chico llevaba la cartera, una gorra roja como la descripta por la víctima y un cuchillo que la mujer reconoció como el usado para despojarla. Al ser interrogado en la policía, el joven admitió haber asaltado a la mujer a bordo de una moto Zanella que había robado junto con el tercer detenido, Lucas M. en una casa de Riobamba al 1500. Y dijo que el domingo a la tarde habían sustraído una Yamaha Cripton tras amenazar con un arma de fuego al conductor. Las dos motos fueron secuestradas a una cuadra del lugar donde fue apresado Adolfo.

Pese a que ahora niegan haber cometido esos robos, existen indicios de su presunta participación en el robo de la cartera y de la moto Yamaha. El conductor de la moto sostuvo que uno de los asaltantes era rengo (uno de los hermanos M. lo es) y que podría reconocerlos, por lo que se practicará una rueda judicial. La otra moto fue sustraída de una casa en ausencia de sus dueños. Mientras tanto, los hermanos M. siguen detenidos en el CAT mientras que Adolfo permanece internado en el Irar, si bien los dos de 15 años son inimputables por su edad.
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El pasado lunes una multitudinaria marcha reclamó justicia.


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