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jueves,
27 de
julio de
2006 |
Un dolor que
ya no se irá
Sólo basta con escuchar un segundo el sonido de la casa de Ecuador al 1800, sólo basta con mirar un segundo a los ojos de sus integrantes para reconocer el dolor. Un dolor que ya no se irá y habitará en ellos hasta que Dios disponga lo contrario y los vuelva a unir en la eternidad. Obviamente me refiero al asesinato de Luciano Drovandi, y a lo que este acto dejó. Pero no sólo dejó esa impresión en la casa donde vivía junto a su familia, sino en todas las personas que rodeaban esa vida y en todos los habitantes de barrio Belgrano. Porque esto nos muestra que estamos todos en la misma inseguridad e impunidad, que cualquiera puede ser víctima de una atrocidad así. La vida humana vale cada vez menos, y eso nos involucra a todos. ¿Sabrán los políticos lo que se siente vivir con miedo permanente? ¿Sabrán los políticos lo que es vivir con un dolor tan grande? ¿Podrán los políticos invertir en seguridad y educación? A los políticos les digo que si no conocen el dolor, que pasen por Ecuador al 1800.
Fernando Caminos, DNI 27.863.680
[email protected]
N. de la R.: Luciano Drovandi, de 25 años, fue asesinado de un tiro el viernes pasado en Pellegrini y Provincias Unidas para robarle la moto. Hay tres menores detenidos por el hecho.
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