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miércoles,
26 de
julio de
2006 |
ANALISIS
La Casa Gris
se abre para
un rosarino
Mauricio Maronna / La Capital
La confirmación de que Carlos Reutemann no será candidato, adelantada por La Capital el domingo 20 de julio e institucionalizada por la comunicación entre el Lole y el presidente del PJ, Norberto Nicotra, dejó un tendal de versiones y operaciones, pero también, al día de hoy, un hecho concreto con escasos antecedentes: el próximo gobernador será rosarino.
Por el lado de la oposición, Hermes Binner es el hombre indiscutido para encabezar la boleta del Frente Progresista. Más allá de haber nacido en Rafaela, nadie podría vincular políticamente al socialista con otra ciudad que no sea la que gobernó durante 8 años.
El plan del diputado nacional es claro: mantener su estrategia de campaña -en la que está inmerso desde 2003, cuando compitió por la Casa Gris- caminando la provincia e instalándose recurrentemente en la ciudad de Santa Fe para dialogar con periodistas, recorrer la peatonal y reunirse con representantes de instituciones de peso.
Sin embargo, el núcleo de hierro está en Rosario, donde logró ser el más votado cada vez que compitió por un cargo. La ventaja que logre en la ciudad resultará clave de cara al futuro mediato, en el 2007.
La gran novedad aparece en el justicialismo. Sin Reutemann, las referencias pasan por Rafael Bielsa, quien aún estudia su decisión de dar pelea, y Agustín Rossi, lanzado a la Gobernación desde las paredes de las grandes ciudades que anuncian esa intención. El intendente de Rafaela, Omar Perotti, por ahora, toma distancia.
El paso al costado de Reutemann deja a la capital de la provincia sin un candidato natural y, tal vez, sin la posibilidad de tener un hombre surgido de esa ciudad en el Sillón del Brigadier por primera vez en casi 20 años. Víctor Reviglio, Reutemann (en dos oportunidades) y Jorge Obeid (en otras dos ocasiones) ocuparon ese rol.
La ausencia de dirigentes de pura cepa santafesina en condiciones de competir contra Bielsa y Rossi en la interna o contra Binner en la general parece indicar que nuevamente llegó la hora de Rosario, tras la gestión de José María Vernet a la salida de la dictadura.
La opción Obeid, reelección mediante, sería la única carta de triunfo que les queda a los capitalinos. "Acá hay algunos reutemistas santafesinos que no lo pueden absorber: están como aquellos que no creyeron en la muerte de Perón hasta no ver el cadáver", se relamen desde el radicalismo provincial.
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