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 miércoles, 26 de julio de 2006  
Escalada bélica. La situación límite en un pueblo lleno de refugiados
"Lo peor es que nadie va a ganar esta guerra"
George Choufany, un libanés cristiano, cuenta cómo se vive el conflicto desde Beirut y el castigado sur del país

Carolina Taffoni / La Capital

El pueblo de Rmeich está a sólo 10 kilómetros de Bin Yebil, la "capital" de Hezbolá que el ejército israelí viene atacando desde hace dos días. Esta aldea cristiana de 8.000 habitantes no sufrió los efectos de los bombardeos más feroces, pero su situación humanitaria está llegando a un punto límite. Allí se refugiaron unos 20.000 shiítas de las localidades cercanas, huyendo de los ataques aéreos, y las provisiones elementales escasean. El director de la escuela secundaria, George Choufany, se salvó por poco. Unos días antes de que explotara el conflicto viajó a la zona este de Beirut, la que todavía queda en pie, aunque puede escuchar las bombas que estallan en el sur de la ciudad, y gran parte de su familia quedó atrapada en Rmeich. En charla telefónica con La Capital, desde la capital libanesa, Choufany contó cómo viven esta guerra los cristianos del pequeño país árabe, que conviven con el dilema de la guerrilla shiíta, la amenaza de Israel y las debilidades de su propio gobierno.

Rmeich también se encuentra cerca de Aita ach Chaab, donde el pasado 12 de julio Hezbolá secuestró a dos soldados israelíes, lo que provocó la respuesta militar de Tel Aviv. "Las personas de los pueblos de alrededor se fueron para Rmeich. Les quedan muy pocas provisiones, apenas unas pocas latas de comida. No tienen pan, ni agua ni leche para los chicos", relató George Choufany. Su madre y sus dos hermanos están ahora en el pueblo, pero él no puede viajar. "Israel bloqueó todo. Sólo la Cruz Roja puede entrar. Están en una situación límite. Tendrán comida para dos o tres días más", estimó.


El dilema ante Hezbolá
Según Choufany, uno de los principales problemas es que los ataques israelíes destruyen los camiones que transportan la ayuda humanitaria, porque sospechan que Hezbolá lanza sus cohetes desde vehículos similares. "Los guerrilleros de Hezbolá no se esconden en los pueblos cristianos, sólo pasan trasladándose a otros lugares, no se quedan. Tampoco utilizan estas aldeas para almacenar cohetes o cualquier tipo de armamento", recalcó.

A pesar de su fe cristiana, Choufany no cuestiona a la guerrilla shiíta en su esencia, aunque cree que ya es hora de que abandone la violencia. "La base de Hezbolá es religiosa. Como shiítas, creen que tienen que conquistar Israel porque los israelíes ocuparon Palestina. También sostienen, como todos los musulmanes, que el mundo árabe debe unirse bajo el islam. Sin embargo yo pienso que, a esta altura, ellos atacan Israel para defender al Líbano, y no al mundo árabe", explicó.

Esta concentración de Hezbolá en los asuntos domésticos del Líbano ha planteado al país un verdadero dilema. "Por un lado podemos pensar que ellos nos llevaron a esta situación de violencia, pero por el otro estamos todos en el mismo país y tenemos que dialogar con ellos. Debemos encontrar un punto en común donde ellos y nosotros, juntos, podamos elaborar un consenso", graficó Choufany.

En su opinión, el poder militar que evidencia ahora Hezbolá es menor a su influencia como partido político. Sin embargo, desde que empezó el conflicto armado, "todos los shiítas apoyan a Hezbolá, sin excepción", aseveró. "La mayoría de los libaneses no piensan que hay que defender a Hezbolá como un partido religioso, pero sí que hay que apoyarlo como un partido que defiende al país de Israel. Y creo que Israel se equivoca al pensar que esto no es así, sino exactamente al revés", subrayó.

En ese sentido, Choufany es pesimista con respecto al desarme de la milicia shiíta. "Muchos libaneses pensamos que Hezbolá tiene que abandonar la violencia y los objetivos religiosos para convertirse en un partido político más. Pero me parece que eso sólo será posible después de resolver el problema de los prisioneros libaneses en Israel y los límites de los territorios de las Granjas de Cheeba. Otra posibilidad es que Israel logre aniquilarlos a todos, pero eso es imposible", opinó.


Pesimismo sobre un alto el fuego
En Israel existe un consenso sobre que el actual conflicto bélico es justo, ya que Hezbolá atacó en primer lugar, matando y secuestrando a soldados y arrojando lluvias de misiles sobre el norte del Estado judío. Choufany no comparte esta idea. "A lo largo de su historia Israel atacó al Líbano por muchas razones, y muy poco razonables. Lo de las causas es una discusión que no tiene fin. También es cierto que antes de que Hezbolá secuestrara a los soldados, Israel tomó a prisioneros de Hezbolá", recordó.

Tampoco cree que el alto al fuego llegue pronto. "Yo deseo que haya una solución rápida, antes del fin de semana. Pero Hezbolá se mostró fuerte, y eso puede demorar la ofensiva", dijo. Además enfatizó que el fin de las hostilidades es "sólo una parte". "Una vez que esto termine el Líbano necesitará billones de dólares para recuperarse. Esta no es la primera guerra que vivimos, pero es la peor, la más destructiva. En dos semanas barrieron aldeas, rutas, barrios y el aeropuerto", enumeró.

El sentimiento más amargo que despierta el conflicto en este ex profesor de literatura árabe e inglesa no pasa solamente por los efectos de la destrucción, sino por el convencimiento de que "nadie va a ganar esta guerra. Y encima el Líbano tendrá las mayores pérdidas", aseguró. "Quiero que paren con esto, tanto Israel como Hezbolá. Queremos vivir bien", pidió.

Choufany recalcó que, en tiempos de paz, la relación con los shiítas es buena, "porque vivimos todos en el mismo país, y somos conscientes de eso. A mi escuela vienen a estudiar muchos shiítas, y nunca hubo un problema", comentó.

A los 54 años, lo único que quiere es vivir en paz en su tierra, con sus seis hijos. "Una de mis hijas vive en Kuwait y otra está estudiando en Francia. Mi hijo mayor estuvo en Estados Unidos hace dos meses, pero volvió a Beirut porque el país no le gustó. Nosotros amamos el Líbano. Jamás pensé en irme", aseguró.
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