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miércoles,
26 de
julio de
2006 |
"Una señal
para Argentina"
"La suspensión de desmontes amazónicos es una señal para el gobierno argentino. En nuestro país, las inundaciones en Tartagal, en Santa Fe y en todo el norte fueron consecuencias de atacar al bosque", dijo Emiliano Ezcurra, director de Campañas de Greenpeace, Argentina.
"El acuerdo demuestra que las grandes empresas también están comprendiendo que se puede encontrar una alternativa para producir y no seguir con el desmonte", dijo ayer el ecologista a La Capital. Sobre esas otros caminos, apuntó a que "se discuta un plan de ordenamiento territorial".
"Nosotros decimos que se debe aplicar un semáforo. El color rojo indica las áreas protegidas por su alta diversidad biológica donde no se puede intervenir, como los parques nacionales en los que el turismo puede ser la actividad esencial. Areas en amarillo en las que se pueden hacer explotaciones sin desmontar, desarrollando el turismo, la producción de miel y generar empleo pero manteniendo al bosque. Y, la luz verde sería para las zonas fragmentadas, lugares que son como islas donde queda un monte aislado", explicó.
El bosque amazónico es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta que aloja casi el 10 por ciento de todos los mamíferos del mundo y un 15 por ciento de todas las especies vegetales terrestres conocidas, con más de 300 especies de árboles en una sola hectárea. Esa región es también el hogar de unos 220 mil indígenas pertenecientes a 180 pueblos diferentes que viven en las profundidades del bosque tropical, junto con muchas más comunidades tradicionales que dependen del bosque, indican los ecologistas.
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