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 miércoles, 19 de julio de 2006  
El programa Leomanía busca Promover la lectura en las escuelas
Una asociación desarrolla el plan del que ya participaron más de 12 mil chicos de 27 colegios de Rosario

La Asociación Centro de Estudios para la Integración Latinoamericana (Acepil) está abocada a incentivar la lectura en grupos escolares de EGB y nivel inicial. A través de su programa Leomanía, durante 2005 trabajó con 27 colegios de Rosario llegando a 12.500 chicos y en abril pasado lanzó el segundo Leomanía extendiéndolo a colegios de otras localidades del sur de Santa Fe.

  Andrés Alejandro Chiarrello, responsable de la asociación, indicó que el proyecto surgió de la necesidad de los mismos centros educativos. “Trabajando en escuelas periféricas —relató— vimos lo difícil que resultaba para los chicos tener acceso a los escritores. Para ellos era maravilloso que alguien que escribió un libro los visitara”.

  El programa, que fue declarado de interés municipal por el Concejo, busca favorecer la integración del colegio con la labor literaria de escritores de la región y permitir que los alumnos canalicen sus inquietudes literarias y artísticas compartiéndolas y recreándolas con sus compañeros.

  Según explicó, a través de Leomanía, Acepil intenta formar alumnos críticos, participativos y solidarios proporcionando a los niños situaciones para que se expresen, argumenten y se escuchen en un contexto de absoluta libertad.

  El programa utiliza como disparador de las actividades el libro “Terror y Cía”, de Susana Solanes. Los seminarios-taller que se desarrollan en las escuelas incentivan actividades artísticas a partir de la previa lectura de la obra. El responsable de Acepil comentó que “el proyecto busca ser lo más participativo posible, al chico se le da la posibilidad de crear y preguntar. El alumno tiene que desarrollar su propia imagen del cuento y es su idea la que lo lleva a escribir. La obra es sólo una punta del proceso”.

  Los alumnos tienen la posibilidad de dialogar con la autora del libro sobre sus inquietudes acerca del cuento y de su trabajo. Chiarrello destacó la idea de no subestimar a los alumnos. Se proponen actividades que apuntan a destacar las capacidades personales y no las imposibilidades. “La experiencia —sostuvo— resulta interesantísima los chicos plantean preguntas que más de uno nos quedamos pensando, incluso la autora y los docentes”.

  Acepil considera como altamente positivo el alcance del programa. “No sólo las escuelas —destacó Chiarrello— sino los mismos chicos se quedan con ganas y nos piden que volvamos con más actividades, nos demandan más de un día de taller. Cuando volvemos los cambios son evidentes. Los docentes cuentan que los chicos tienen más interés por la lectura y surgen actividades como las bibliotecas en el aula”.

  También dijo que son concientes de que no pueden resolver el problema de la comprensión lectora, aunque están seguros de que pueden lograr que el chico se acerque más a los libros: “Lo nuestro es un pequeño grano de arena para que se lea y escriba un poco más”.

  Para Chiarrello, es muy importante el apoyo no sólo de la escuela sino también de la familia para el funcionamiento del programa. “En muchos colegios nos vimos en la necesidad de crear talleres con los padres de los chicos, y fueron ellos mismos los que nos reclamaron el espacio”, indicó, y advirtió que “la familia se tiene que integrar a la escuela y apoyarla, el problema no es sólo de la maestra, se trata de un problema de todos, de la familia, de la escuela, de los docentes”.

  Las repercusiones de Leomanía fueron las que llevaron a que este año Acepil, se plantee la posibilidad de repetir la experiencia. La entidad proyecta doblar el número de escuelas con las que trabajaron el año pasado e incluso llegar a establecimientos de pueblos y ciudades vecinas.

  La asociación choca muchas veces con la dificultad para conseguir fondos pero Chiarrello destacó la satisfacción que sienten todos cuando ven los logros. “Es difícil, a veces querés dejar todo pero cuando volvés a una escuela y ves que algo de lo que hiciste dio frutos es maravilloso. Te vas a dormir con esa sensación de que ayudaste a alguien y eso no hay nadie que te lo pague”.
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Los organizadores destacan la importancia de que un escritor visite la escuela.


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