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 miércoles, 19 de julio de 2006  
A 70 años del inicio de la Guerra Civil, el país busca otra mirada histórica
España, entre el silencio y las divisiones
El gobierno considera hacer cambios en la tumba de Franco e indemnizar a las víctimas de su dictadura

Mar Roman

San Lorenzo de El Escorial, España. - De todos los legados dejados por la Guerra Civil Española, ninguno sobresale más en el horizonte que la cruz de 150 metros que se levanta sobre la tumba de Francisco Franco. Ahora, 70 años después del comienzo de la guerra, el gobierno considera hacer cambios y convertir el sitio en un lugar de meditación, más que en uno de homenaje. No será una tarea fácil, ya que el tema toca muchas sensibilidades.

Cualquier alteración que se haga al Valle de los Caídos, por benigna que sea, violaría un "pacto de silencio" acordado por todas las partes, que permitió a España dejar atrás la guerra y la dictadura de Franco tras la muerte del caudillo en 1975, y darle cabida plena a la democracia.

Sin embargo, no todos cumplen el pacto a cabalidad. En años recientes cambiaron los nombres de numerosas calles llamadas "Francisco Franco" y han desaparecido prácticamente todas las estatuas del dictador. También se están exhumando los cuerpos de víctimas del régimen franquista enterradas en tumbas comunes, sin marca, los cuales son enterrados nuevamente. No hace mucho, hubieran sido inconcebibles semejantes medidas.

Además se espera que el gobierno apruebe en cualquier momento una legislación para compensar a las víctimas de la guerra y de la dictadura. Y ahora llega esta propuesta de cambiar el sentido del monumento, algo que puede irritar a los franquistas que todavía le rinden culto.

Sus admiradores ven a Franco como la persona que mantuvo a España unida y la salvó de los bolcheviques en los albores de la Guerra Fría. Sus detractores lo consideran un dictador que mantuvo con vida un régimen fascista durante 30 años una vez concluida la Segunda Guerra Mundial.

A la luz de las profundas divisiones, muchos estiman que lo mejor es no agitar el avispero. Esto tal vez explique la reticencia del gobierno a dar detalles de los trabajos de una comisión oficial que está estudiando el futuro del Valle de los Caídos. "Es un tema muy complejo. La comisión está analizando muchas propuestas", declaró la portavoz Ana Salado, sin dar detalles.

Ayer se cumplieron 70 años del inicio de la guerra civil y no se realizaron ceremonias recordando el aniversario. El Valle de los Caídos es un mausoleo con una enorme cruz y una amplia explanada que surge de la ladera de una colina en las afueras de Madrid. También está enterrado allí el fundador de la Falange fascista, José Antonio Primo de Rivera. En el lugar se encuentran los restos de unas 40.000 personas muertas durante la guerra civil, tanto republicanos como nacionalistas, lo que lo hace atractivo como un símbolo de la reconciliación.


La polémica está servida
Para las generaciones mayores, no obstante, es también un símbolo de las divisiones. Consuelo García, de 80 años, se casó allí y va a misa todos los días en su basílica. "Franco no construyó esto para él, sino para enterrar a todos los muertos por España", sostuvo. Carmen Arrojo, una republicana de 89 años que estuvo presa después de la guerra, opina que el monumento es "una provocación. Deberían destruirlo y convertirlo en un museo", afirmó.

Paul Preston, historiador británico especializado en la guerra civil y en Franco, dijo que el monumento no puede permanecer como está ahora. "Sería inconcebible que en Alemania hubiese monumentos a Hitler, como el Valle de los Caídos", manifestó. "Lo que hay que hacer es convertir estos lugares en sitios de reflexión; no destruirlos, sino hacer algo que explique su significado histórico", manifestó.

Para Emilio Silva, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, el monumento es un tema secundario, y la prioridad es determinar qué sucedió con unas 30.000 personas dadas por desaparecidas durante la guerra civil. "Las víctimas no se han olvidado", afirmó. (AP)
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El Valle de los caídos podría ser un lugar de meditación.


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