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 miércoles, 19 de julio de 2006  
Indonesia. El desastre dejó al menos 340 muertos, más de 230 desaparecidos y unos 30 mill desplazados
El tsunami fue advertido a tiempo pero el alerta no llegó a los pobladores
La falta de fondos frenó la instalación de un sistema costero de detectores de olas gigantes en el Indico

Los equipos de rescate indonesios y extranjeros comenzaron ayer a llegar al sur de la isla de Java, en Indonesia, para buscar sobrevivientes entre los edificios derrumbados, viviendas y otros escombros provocados por un tsunami generado por el terremoto del lunes último. Según se supo ayer, se había advertido a las autoridades indonesias sobre la inminencia del maremoto, pero éstas no dieron la alarma a las poblaciones afectadas.

Al ser consultado sobre cuántas boyas para detectar tsunamis estaban funcionando desde que iniciaron el año pasado el primer paso para la instalación de un sistema de alerta frente a la costa de Aceh en Sumatra, en el norte del país, un funcionario del gobierno asignado al proyecto respondió: "Ninguna". No hay fondos.

Las 17 mil islas de Indonesia se encuentran repartidas en un cinturón de intensa actividad volcánica y sísmica, que se conoce como "El anillo de fuego del Pacífico".

Según la Agencia Geológica de Estados Unidos, el terremoto que sacudió a las 15.20 horas (4.20 hora de Argentina) del lunes el oeste y centro de la isla de Java alcanzó una magnitud de 7,7 grados en la escala de Richter. El epicentro se ubicó 360 kilómetros al sudeste de Yakarta, en el océano Indico. El sismo generó olas de cuatro metros.

El Centro de Alerta de Tsunamis en el Pacífico emitió una advertencia para, entre otros, Java y Sumatra, que no llegó a la costa sudoeste de la isla siniestrada.

El ministro indonesio de Ciencia y Tecnología, Kusmayanto Kadiman, confirmó la recepción de los boletines de advertencia del Centro de Alerta de Tsunamis en el Pacífico, en Hawaii, y de la agencia meteorológica japonesa unos 20 minutos tras el sismo. "Pero no los dimos a conocer", señaló. "Si eso (el tsunami) no hubiera ocurrido, ¿qué habría pasado?", interrogó.

Un sensor indonesio en el área cerca de Cilacap detectó el sismo y envió un reporte "en tiempo real" a la agencia geofísica en Yakarta, señaló un funcionario.

"Fue detectado unos 18 minutos tras el sismo pero estábamos muy ocupados monitoreando las réplicas". Consultado si ése fue el motivo para que no emitieran un alerta de tsunami a las comunidades costeras cerca de Cilacap, el oficial respondió: "Creo que fue algo así".

Las autoridades estimaron ayer oficialmente las víctimas fatales en 340 personas; hay además unos 230 desaparecidos. Más de 30 mil habitantes perdieron sus hogares en la cuarta gran catástrofe que azota Indonesia en los últimos 18 meses.

La idílica playa de Pangandaran, en la provincia de Java Occidental, está cubierta de restos de barcos pesqueros, automóviles, pedazos de madera, concreto y otros escombros, después de que olas de hasta cuatro metros de altura se abatieran sobre la costa. Decenas de heridos seguían recibiendo ayer atención médica.

De las víctimas extranjeras se confirmó el fallecimiento de un sueco que vivía en Pangandaran. En cambio, dos niños suecos de cinco y diez años y su padre, que habían sido dados por desaparecidos, se encuentran a salvo. La agencia estatal Anatara señaló que también perecieron dos holandeses y dos paquistaníes.

Una médica alemana de la Orden de Malta que llegó ayer a Pangandaran aseguró que la situación "es peor a lo esperado". "No hay agua, electricidad, ni instalaciones sanitarias o alimentos", afirmó Gudrun Mueller.

Numerosas organizaciones como Cáritas y la Cruz Roja han iniciado colectas. Hay que ayudar sobre todo a las personas que perdieron su hogar al huir del tsunami, aseguró Hadi Kuswoyo, portavoz de la Cruz Roja.


Balneario destruido
El balneario de Pangandaran, muy apreciado por los turistas, fue el más afectado por el tsunami, al ser destruidos varios hoteles ubicados en la playa. Al menos 186 personas murieron allí. Fuentes de los equipos de rescate señalaron que había muertos por todas partes, muchos de ellos habitantes de los poblados pesqueros de las inmediaciones.

En mayo último, un terremoto de 6,2 en la escala de Richter sacudió el centro de Java, en la ciudad de Yogyakarta. En total murieron 6.000 personas, y miles resultaron heridas.

La catástrofe del lunes recordó a la del 26 de diciembre de 2004, cuando un tsunami causó más de 220.000 muertos en nueve países, de ellos unos 177.000 tan sólo en la provincia indonesia de Aceh. (DPA)
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El maremoto destruyó la turística costa de Pangandaran.


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