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martes,
11 de
julio de
2006 |
Lamento y crítica a un jugador diferente
Un monumento se derriba a sí mismo. Tarjeta roja en vez de Copa de Oro. Con su grosero ataque "a lo Rambo" con un cabezazo al pecho del italiano Marco Materazzi, el ídolo del fútbol francés Zinedine Zidane escribió un triste capítulo final al Mundial de Alemania 2006, y a su propia extraordinaria carrera.
"Zidane, qué final tan feo", escribió ayer el diario italiano La Gazzetta dello Sport.
A nivel mundial, sólo hubo palabras de estupor ante el hecho de que el habitualmente silencioso y tímido capitán del "équipe tricolore" perdiera así el control.
"Esto no puede pasarle a Zidane. En realidad es una persona más bien reservada e inofensiva. Algo le debe haber dicho Materazzi", comentó Franz Beckenbauer, presidente del comité organizador.
El entrenador francés, Raymond Domenech, también partió de la base de que Materazzi provocó con sus palabras al capitán. "No fue Pirlo, sino Materazzi el jugador del partido. Organizó todo para que Zidane fuera expulsado", se quejó el técnico de 54 años.
"Es tan triste que un gran jugador como él termine su carrera con una tarjeta roja luego de haber jugado un gran torneo. Estamos todos tristes, y él mismo más que todos", comentó Domenech.
Hay muchos intentos de encontrar una explicación, incluso de parte del rival. "Quizá estaba nervioso o cansado. Una actitud así no se corresponde con su carácter. Para mí sigue siendo un gran campeón", comentó Andrea Pirlo.
El entrenador italiano Marcello Lippi, que en su momento entrenó a Zidane en la Juventus de Turín, dijo: "La verdad es que resulta bastante raro que termine su carrera de esta manera".
El pesar de Chirac
También el presidente francés, Jacques Chirac, que ayer recibió a los deprimidos "bleus" en París, comentó: "No sé lo que pasó exactamente. Pero tengo un gran respeto por este hombre, que encarna los valores de este deporte y que honró a Francia".
Los ataques de cólera no son algo poco habitual en la carrera profesional de Zidane. La del domingo fue su decimosegunda expulsión. (ver aparte)
Evidentemente, controla mejor al balón y al rival que a sí mismo. El diario londinense The Guardian resumió la historia de la siguiente manera: "Zidane comenzó su carrera como futbolista de la calle en un suburbio de Marsella. Y la terminó como un gamberro callejero ante un público planetario".
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