Argentinos en la final

Camoranesi es de Tandil y jugará para Italia. Trezeguet es francés y debutó en Platense

Además de la terna arbitral, encabezada por Horacio Elizondo, habrá más argentinos en la final entre Italia y Francia. Con la número 16 de Italia, y seguramente de titular, jugará Mauro Camoranesi. El volante nacido en Tandil se nacionalizó italiano y debutó con la casaca azzurra en 2003. Del otro lado estará David Trezeguet, quien aunque no es nacido en Argentina (vino al mundo en la localidad francesa de Rouen) vivió y debutó en primera en nuestro país. Si bien ambos vienen de ganar la liga con la Juventus, llegaron a esta final con diferente perfil.

  El Trezegol que hace seis años dio a los franceses el título europeo, precisamente ante Italia, tiene pocas opciones de participar en la final. “¿Trezeguet? Tenemos a Trezeguet y también a todos los suplentes”, se limitó a contestar el técnico francés Raymond Domenech cuando, después de eliminar a Portugal en la semifinal, se le preguntó por la posibilidad de contar con el delantero en el encuentro por el título.

  De nada le sirvió a Trezegol su currículum (campeón del mundo en 1998 y de Europa en 2000) ni sus números en Italia, donde es el mayor goleador extranjero de la historia del Juventus, por delante de Michel Platini (115 tantos).

  La ausencia de Trezeguet, el tercer máximo goleador de la historia de Francia (32 goles en 65 partidos siendo titular en 37 ocasiones), se hace más notoria cuando el rival es Italia. Fue Trezegol quien logró el gol de oro que le dio a Francia la Eurocopa 2000, en el último enfrentamiento oficial de ambas selecciones. El francoargentino, que nació en Rouen pero debutó como profesional en Platense, alcanza la final con una contribución mínima. Jugó tres minutos contra Corea y fue titular contra Togo. Fue, además, el último de los campeones del mundo de 1998 que debutó en Alemania 2006.

  El presente de Camoranesi es totalmente opuesto. El volante, que vistió la camiseta de Aldosivi y Banfield en Argentina, se fue ganando un lugar entre los once azzurros a fuerza de trajinar por la banda derecha del campo. “Mi primer objetivo era jugar en un grande de Europa y lo conseguí. Y ahora estoy en la final de un Mundial, que es con lo que sueña todo jugador pero sólo unos pocos lo consiguen”, añadió. “Estoy orgulloso y contento por este presente. Estas son cosas que se sueñan y cuando se logran producen una sensación rara”, indicó. Camoranesi jugó con la casaca azzurra 25 partidos, cuatro de ellos en el Mundial.

  Seguramente Camoranesi cumplirá un sueño al afrontar la final del Mundial, pero para dentro de varios años tratará de concretar otro, el de terminar su campaña en River, el club del que es hincha.