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| lunes,
03 de
julio de
2006 |
Contra la guerra. Nicolas Cgae aseguró que "las balas tienen más ideología que los votos"
"Cuando vendés una pistola a alguien estás tomando partido"
El actor, que protagoniza "El señor de la guerra", dijo que está totalmente en contra del comercio de armas
Nicolas Cage es una caja de sorpresas. Sobrino de Francis Ford Coppola, rehusó aceptar ayuda de la familia para impulsar su carrera como actor. Es más, se cambió el apellido paterno para no revelar su parentesco con el director de "El padrino". Hizo su camino solo, con paso firme y resultados inmejorables; no sólo se ganó un lugar de privilegio en la industria de Hollywood sino que en 1996 ganó el premio Oscar por su labor en la película "Adiós a Las Vegas".
Pero eso no es todo. Mientras ponía un cuidado extremo al elegir qué papeles protagonizar, se dejó llevar por la intensa vida de Los Angeles. Mantuvo incontables romances con estrellas de cine y, como si eso fuera poco, se casó tres veces, con Patricia Arquette, con quien hizo pareja en la película de Martin Scorsese "Vidas al límite"; con Lisa Marie Presley, la hija del legendario Elvis, y por último con la camarera japonesa Alice Kim, con quien tuvo un niño.
Más allá de su inestable vida sentimental, Cage suele tomar decisiones extravagantes, sobe todo, a la hora de gastar su dinero. Tanto es así que, en la última semana, se conocieron un par de sus decisiones económicas que apuntan en direcciones opuestas. Por un lado, pagó 3 millones de dólares por una isla en el paraíso caribeño de Las Bahamas y, por otro, donó dos millones de dólares a Amnistía Internacional para formar un fondo de ayuda para los niños soldados.
Hace tiempo que quería una propiedad fuera de Estados Unidos, pero no se decidía si comprar una finca en la campiña inglesa o un castillo en Alemania. Finalmente, optó por una playa de arenas blancas y aguas cálidas. Aunque al mismo tiempo, conmovido por el tema de su última película, "El señor de la guerra", en la que encarna a un traficante de armas frío y calculador, derivó parte de su cuantiosa fortuna a aliviar las penas que causa en los más pequeños la codicia de los mayores.
Cage quedó impresionado por el tema que aborda la película, en cartel en los cines rosarinos, desde el mismo momento en que leyó el guión. "Me enganchó porque había algo inusual en esta historia", contó el actor en un reportaje concedido en España, y añadió: "Es un traficante de armas a nivel internacional distinto a todos los que yo he visto en el cine. Es una película bastante oscura y mi personaje, que no tiene por qué gustarle al público, es muy interesante, único".
Pese a que la película logró sensibilizarlo, Cage admitió que tiene armas en su casa. "Tengo licencia de armas de fuego", confesó sin dudar cuando lo consultaron sobre si se atrevería a usar una pistola. Sin embargo, advirtió: "Creo que hay que tener un control sobre ellas, especialmente en Estados Unidos. Las pistolas no deben caer nunca en manos de los niños. Hay casi 300 mil niños soldados en el mundo, chicos que nunca besaron a una chica, pero que sí han matado".
Para Cage, "El señor de la guerra" es una película que, con el ritmo de acción, trasmite un mensaje pacifista. "Es una combinación de «El informante» y «Scarface», aunque aquí hemos reemplazado el tabaco y las drogas por las armas", explicó el actor de 38 años, nacido en la playa californiana de Long Beach. "Mi personaje es un traficante que cae en desgracia y provoca una revolución política -añadió-. Es un hombre sin ética, ni moral".
Así y todo, insistió en que, más allá de la intención que puedan haber tenido los realizadores de la película, el espectador es, en definitiva, quien le da el significado a la historia. "Creo que las películas crean una relación secreta con cada persona; por eso lo que yo percibo y lo que a mi me dice una película puede no ser lo mismo que lo que vos percibís y a vos te dice", comentó Cage, quien además de protagonizar "El señor de la guerra" fue su principal productor.
Asimismo, enfatizó que la película aborda un tema como nunca antes nadie en Hollywood se había atrevido a hacerlo. "Nadie había demostrado la valentía de hacer público el papel que las grandes naciones tienen en la venta de armas, la connivencia con los traficantes internacionales -señaló-. Las balas tienen más ideología que los votos. Cuando vendés una pistola a alguien te estás ensuciando, estás tomando partido; vender armas no es algo neutral".
Finalmente, Cage confesó que actuar en "El señor de la guerra" fue divertido. "Como actor trato de representar historias que estén cerca de mi corazón, que me toquen y me sugieran", confesó el protagonista de "Adaptation". "Aunque en este caso me tocó hacer de un hombre sin escrúpulos -concluyó-, que tiene como único interés el dinero y especular a costa de los demás para seguir traficando con armas, algo con lo que estoy totalmente en contra".
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Dijo que nadie en Hollywood se animó a criticar la venta de armas.
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