|
sábado,
24 de
junio de
2006 |
Opinión: ¿Cuestión
de Estado?
Gustavo de Marinis / Diario Uno de Mendoza
Se sabe que un Mundial de fútbol mueve pasiones y exacerba nacionalismos. Para la mayoría se trata de una cuestión de Estado. Encima, antes de cada partido se cantan los himnos y eso contribuye a que se considere que los que visten la camiseta de una selección representan al país, cuando en realidad están representando sólo al fútbol de su país.
Esa visión nacionalista hace que se califique como traidores a quienes se fueron a otras naciones y, tras adquirir la ciudadanía respectiva, fueron convocados y se sumaron a las selecciones. Esto lo padecen, por ejemplo, los argentinos que juegan para otros países, como Guillermo Franco, para México y el técnico Ricardo Lavolpe.
Con cierta mala leche, algunos periodistas se preguntaban si Franco y Lavolpe cantarían el himno mexicano. ¿No tienen derecho acaso, Franco y Lavolpe, de elegir? Si en otros países encontraron las oportunidades que no tuvieron en Argentina, pues no se los puede cuestionar. ¡Cuántos argentinosdebieron irse u optaron por hacerlo! Ni Franco ni Lavolpe son traidores. Son deportistas que representan al deporte de otro país, nada más.
enviar nota por e-mail
|
|
|